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Después de trabajar varios años en la Escuela Virgen Misionera, la autora se adentró en el universo barilochense del fútbol femenino. Antropología de lo cotidiano.

¿Un libro sobre el fútbol de Bariloche? ¿Sobre el fútbol femenino de Bariloche? Las respuestas son afirmativas: el trabajo lleva como título “Salir jugando. Historia en movimiento de un equipo de fútbol femenino”, tiene como autora a la antropóloga Mariel Bleger y se centra en Arco Iris Femenino, el equipo consustanciado con el barrio Virgen Misionera. Sus 96 páginas se pueden descargar libremente desde la página del IIDyPCa (Instituto de Investigaciones en Diversidad y Proceso de Cambio). Inédita confluencia.

“Este libro es el resultado de mi tesis de investigación para la Licenciatura en Antropología de la Universidad de Río Negro (UNRN). El IIDyPCa me dio la posibilidad de publicar en su colección de tesis, entonces esa primera investigación la elaboré más, hasta devenir en una línea argumentativa y libro, para que se pueda bajar de Internet y circular”, señaló Bleger, en charla con El Cordillerano.

“Para mí, es el resultado de un proceso hermoso”, subrayó la antropóloga. El principio puede ubicarse en el corazón del barrio. “Trabajé mucho tiempo como maestra en la Escuela Virgen Misionera. En la introducción cuento que, saliendo de una de las jornadas institucionales y mirando de frente La Caldera, la cancha de fútbol icónica en el barrio, vi un paisaje distinto al que solía ver, que eran mis alumnos varones jugando o la Primera de Arco Iris”. En esa ocasión, “vi un grupo de mujeres gritando, corriendo, pasándola bien, rodeadas de pibitos, pero jugando a pleno”.

La entonces docente se extrañó porque “no reconocí a ninguna, pero cuando me empecé a acercar, me di cuenta que a todas esas mujeres las conocía. Eran las hermanas de, las mamás de o las esposas de… Las conocía en otros roles de su vida social y barrial que, por distintos motivos, no las habilitaban a estar gritando, protagonizando y llenando todo el espacio. En las rondas de la escuela quizás estaban más al costado o hablando en susurros. En cambio, ahí tenían una voz propia muy fuente y eso, para mí fue muy llamativo”, resaltó.

La investigadora precisó el concepto. “Para mí, ellas son llamativas de la manera más linda, porque me asombraron, me conmovieron y enseñaron todo el tiempo algo distinto. Ahí empecé a preguntar si podía contar la historia de Arco Iris Femenino y la primera respuesta fue otra pregunta: ¿quién quiere saber nuestra historia?” Pero la rueda se puso en marcha. “El primer encuentro fue maravilloso y a partir de ahí, siguieron dos años de investigación que recorrió torneos de fútbol, canchas, entrenamientos, llevadas y traídas en auto como si el auto fuese una combi”.

Además, pasaron otras cosas. “En ese mismo proceso se dio mi maternidad y entonces, pude tener grandes consejeras en lo que es maternar, ser mujer y disputar espacios”, reconoció Bleger. En un orden más académico, “el libro también es una reflexión sobre los métodos de trabajo que desde la academia o desde algunos discursos, como el feminista, que quieren imponer miradas o categorías analíticas, allí donde las personas con las que trabajamos o militamos, no están compartiendo o pensando en la misma clave lingüística”, cuestionó.

Su trabajo trata “sobre lo que llamo etnografías mínimas o etnografías de lo cotidiano, basada en muchísimas lecturas y autores”, fundamentó. “Allí donde el mundo actual no ve resistencias, estas mujeres me mostraron sin romantizar y con todo lo duro que tiene ese movimiento, que solo las victorias colectivas son las que valen la pena. Y que la organización del deseo y del placer siempre vienen de la mano de otra, que está dispuesta a ceder un horario, a cuidar un pibe, a acompañar en un mal amor o sacrificar un gol, con tal de que otra lo haga”. El equipo funciona tanto dentro como fuera de la cancha.