La física barilochense Adriana Serquis fue designada presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), se trata de la tercera mujer en ocupar este cargo en la historia de la institución.

Entrevistada en el programa "Chocolate por la noticia" que se emite por El Cordillerano Radio (93.7) dijo, “desde el punto de vista de mi carrera profesional llegó en un momento muy complejo porque estaba a cargo del departamento de materiales en el cual había un grupo de trabajo de gente muy joven y con proyectos académicos y tecnológicos, que me cuesta dejar”.

Pero aceptó de muy buena manera, “con muchas ganas de poder ayudar a que la institución mejore entonces era un desafío interesante cuando se planteó la propuesta”. “Si era la solución para salir adelante y formando equipos nuevos de trabajo me pareció una buena oportunidad para el bien común”.

Desde hace mucho tiempo que viene trabajando en el colectivo de mujeres estudiantes y trabajadoras del Centro Atómico Bariloche y Complejo Tecnológico Pilcaniyeu, “nos viene importando este tema que no tiene que ver solo con una cantidad de números sino con generar una perspectiva de género que pueda crear ambientes libres de violencia en todo sentido”.

Aclaró que ya existía un pequeño cambio de rumbo con la generación del Personal de Orientación “la idea es tratar de integrarlo con todo lo que es manejo de Recursos Humanos a lo que me gustaría más  llamarlo Capital Humano”.

Serquis habló de otros puntos prioritarios en su agenda, “hacer una verdadera evaluación de los proyectos principales, darles continuidad y mejorarlos”. Una integración desde el punto de vista federal “poder cumplir la función que por ley le corresponde a la CNEA que es asesorar al Poder Ejecutivo en la materia y volver a darle la relevancia que tuvo a lo largo de estos años”.

Energías limpias

Habló del desarrollo de técnicas avanzadas de caracterización de materiales para energía limpias, “en el departamento del cual estaba a cargo, contamos con esos equipos pero también tenemos acceso a lo que se llama grandes instalaciones”. En el mundo existen espacios así “en el hemisferio sur no hay equipos como lo que va a ocurrir con el RA10, tener un laboratorio que permitirá realizar investigaciones en materiales de avanzada que no se puede hacer en laboratorios individuales. El desarrollo de materiales nos permite abrirnos a nuevas tecnologías y la nuclear es un buen exponente de ello".

La investigadora habló de la experiencia de residir un tiempo en Estados Unidos, “fue muy interesante porque me parece que en el desarrollo de una carrera mirar las cosas desde afuera ayuda a tener otra perspectiva”. Estuvo en el laboratorio Los Álamos, donde se desarrolló la bomba atómica, “ahora se dedica a investigación en general, tiene todo un edificio asociado con empresas y ahí uno se da cuenta que los desarrollos básicos que después se transforman en tecnologías siguen estando financiados por el Estado”. Luego son las empresas las que dan las posibilidades de expansión.

Serquis regresó a nuestro país en el año 2004, “veníamos de la época de los 90 donde a los científicos y científicas nos habían mandado a lavar los platos y realmente en Argentina no había muchas oportunidades”.

Llenó los papeles para el ingreso al CONICET el día que se iba a Estados Unidos, “en la CNEA había cero posibilidades y recién en el 2003 se reabrió un poco el ingreso en la carrera de Investigador científico y regresé un año después”.

Pero hubo otra motivación importante, “que mis hijos crecieran en mi propio país y estaba también el tema de que Argentina había pagado mis estudios y tenía la idea de devolver todo lo que se había depositado en mí cuando me había formado”. Fue por todo esto que decidió desarrollar su carrera aquí.

Citó otro ejemplo a lo largo de la pandemia, “tenemos colegas en muchos lugares del mundo con los cuales articulamos y nos decían que el fenómeno de la ciencia en Argentina a disposición de todo lo que hubiera que resolver es notable”. No en muchos países hubo tanta gente de diversas áreas de la ciencia y la tecnología abocadas a tratar de resolver problemas que surgieron”.

Ella estuvo involucrada en uno de estos proyectos, “fue bastante básico pero me puse a disposición de lo que hacía falta, cuando comenzó la pandemia a Bariloche no había envíos de nada y mucho menos de alcohol en gel”. Agregó “como mi grupo era interdisciplinario integrado con químicos, hicimos una logística para empezar a fabricarlo y que llegaran los sanitizantes a toda la gente que se estaba movilizando como personal de Seguridad, del Ejército, de Provincia o de Salud”.

Hizo un breve balance del apoyo de los gobiernos desde el 2004 al día de hoy “desde el 2003 y el 2015 hubo un gran esfuerzo en poder apoyar a la ciencia y la tecnología por medio de una enorme inversión”. Agregó “lamentablemente eso debería ser parte de proyectos del Estado independientemente del partido político de turno, pero eso no fue así porque después tuvimos unos años muy duros”.

“Destruir es mucho más fácil que construir con lo cual fue bastante difícil sostener esos años intermedios entre el 2015 y el gobierno actual”, recordó.