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Participó de su proyecto el cipoleño Daniel Sánchez, para aportar el infaltable acordeón. Futuro de gira, cuando pase la pandemia.

Hombre de mirada perspicaz, Edgardo Lanfré observó que hacía falta llevar al registro la música que se baila en el interior rionegrino. La intención de respetar sus variaciones rítmicas y añadir personalidad regional a través de las letras, confluyeron en “Danzas rionegrinas”, nuevo álbum del barilochense que, por ahora, solo se podrá disfrutar de manera digital a través de YouTube. En realidad, no hace falta mucho más.

“Una vez que plasmé la idea, se me ocurrió ver cómo hacer para llevarla adelante”, le dijo Lanfré a El Cordillerano. “Justo me había cruzado con gente de la Secretaría de Cultura de la provincia, que me había dicho que les gustaba mi laburo. Entonces, se lo propuse a Ariel Ávalos, nos entrevistamos, les interesó y me dijeron que le metiera, porque justo el mes pasado se celebraba el Día de la Danza. Me dijeron, hagámoslo, así lo estrenamos el Día de la Danza (29 de abril)”.

El interés es comprensible. Antes de acceder a la función pública, el cipoleño era entusiasta bailarín de folklore. En consecuencia, “me dieron el apoyo para pagar las horas de grabación, que hicimos con Gabriel Pirato Mazza en su estudio”. Pero no solo nuestro vecino toca en “Danzas rionegrinas”. En efecto, “lo convoqué a Daniel Sánchez, un amigo que es un musicazo, de Cipolletti. Labura en el IUPA en una de las materias de Composición y Arreglos”.

Las razones de la incorporación caían de maduras. “Lo convoqué porque toca el acordeón, que está muy metido en la música paisana y en estos ritmos que te contaba. Me pareció fundamental que el sonido del acordeón estuviera presente”, justificó Lanfré. “Daniel tiene la misma costumbre que yo, cuando estamos en algún festival de estos que se hacen en la Patagonia… Siempre está el escenario principal, donde van los números grandes y nacionales. Al costado, como satélites, están las ramadas donde están los lugareños: un gaucho con un acordeón, el baile, la empanada, el vinito… Los dos tenemos la costumbre de ir ahí, porque es ahí donde está la esencia”, definió.

De los escenarios secundarios o alternativos, “en el buen sentido de la palabra, robamos cositas que vemos: maneras de tocar o giros de la melodía, dentro de lo precaria y casi ingenua cultura musical que tienen. Esas creaciones son muy lindas porque son sencillitas pero la gente las reconoce como propias”, realzó el músico. En definitiva, “él se vino acá, grabamos y ahí está el disco en YouTube”, invitó.

“En un enlace están los 12 traqueados y después, también están de a uno: polka, gato, una jota… Si bien la jota es cordobesa, la he visto bailar en los grupos de baile que hay en los pueblos. Esta jota se llama Jota fiscalera porque está hecha en homenaje a Pilquiniyeu del Limay”, describió Lanfré. “Danzas rionegrinas” tiene un sonido entrañable que ya puede disfrutarse en cada casa, aunque su destino último sea otro.

“Cuando pase toda esta historia, la idea es sacar el trabajo en una girita por diferentes lugares, para ir difundiéndolo y para aportar a los bailarines, con la idea de darle una identidad regional desde la letra”, subrayó su creador. “El rescate rítmico está y me interesaba que estuvieran dentro el neneo, la señalada, el piño y todo lo que voy nombrando en las canciones”, resaltó. Hacía falta.