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Es otra de las ediciones del Fondo Editorial Rionegrino (FER) que en el primer semestre de 2021 alcanzó un ritmo endiablado. Son textos que difieren de los respectivos trabajos previos.

“Circulares” se sumó a la lista publicaciones que apuró el Fondo Editorial Rionegrino (FER) durante el primer semestre de 2021. Todo libro es único e irrepetible, pero reúne una particularidad: es de autoría conjunta entre Cecilia Fresco y Mónica De Torres Curth. Sin embargo, tanto ellas como el prologuista (Diego Rodríguez Reis), dicen que en realidad surgió una tercera voz, distinta de las dos preexistentes.

Quienes conozcan las respectivas obras previas de las autoras, deberán prepararse para una experiencia novedosa. “Se van a encontrar algo un poco inesperado”, avisó la vecina de Villa La Angostura en charla con El Cordillerano. “Los textos que están acá no son cuentos ni prosas poéticas ni poemas, yo los identifico en tres tonos distintos: algunos son cuentitos porque tienen algún conflicto y alguna cosa tristona, otros son más poéticos y no tienen explicación porque son una pintura o una sensación, y hay un tercer tipo de textos, más raros, extraños y locos”, describió. “No se ciñen a ninguna clave. Son breves, entonces se hacen amables para el lector”.

De Torres Curth también marcó distancia respecto de su producción previa. “Respecto de lo que suelo escribir, es una cosa bastante distinta. Los cuentos que yo escribo tienen mucha contundencia, tocan temas duros y muchas veces, son difíciles de digerir”, recordó. “En este libro hay algunos cuentos, pero no tan crudos y algunos textos que tienen que ver con la pintura de un paisaje o con una reflexión. Estoy indagando en el ámbito de la prosa poética y también hay cosas raras, como dice Ceci”, concedió.

A fin de cuentas, “son muchos textos, la mayoría muy breves, pero tienen un hilo que los hilvana a todos, a pesar de ser tres los grupos. Es como que arranca y cierra, cerrando un círculo. De ahí el título, que también nos costó mucho trabajo (encontrar). Buscábamos textos que nos quedaran redonditos y creo que lo logramos”, definió la barilochense.

No sólo ese cometido, lograron las escritoras. Dice el prologuista: “al abordar los textos de Circulares no pude evitar la tentación inexpugnable de leerlo intentando descifrar qué fragmentos pertenecían a cada cual: fue perfectamente imposible”, admite. “A lo mucho, pude adivinar en algún párrafo rasgos de la narrativa netamente ‘fresqueana’, la apelación constante a un riquísimo universo simbólico; o tener la certeza de estar ante el tono ‘torrescurtesco’, la oración potente, pegadora, la descripción punzante y sin fisuras”.

Confiesa Rodríguez Reis que “igualmente inútil fue acudir a las propias autoras. Serenas, brutalmente honestas, se limitaron a afirmar lo que venía sospechando, lo que debí admitir desde un principio: que el libro lo habían escrito ‘entre las dos’”. Un tanto resignado, “volví a abordar la lectura desde esta nueva perspectiva que recomiendo al lector feliz de este libro: la de leerlo como lo que efectivamente es, la obra de una sola y conspicua narradora. Así, al volver a recorrer las páginas, pude disfrutarlo en toda su extensión y esplendor”, compartió. Habrá que seguir su ejemplo.