MUJERES QUE LUCHAN

| 15/11/2020

Ruth Bader Ginsburg: una transformadora llena de tenacidad y coraje

José Luis Goin
Ruth Bader Ginsburg: una transformadora llena de tenacidad y coraje

Ruth Bader Ginsburg es sinónimo de tenacidad. Su asombrosa capacidad de trabajo era en definitiva su modo de vida. Hija de inmigrantes judíos que no tuvieron educación, logró formarse en leyes. Aprovechó cada una de las oportunidades a pesar de las adversidades. Cuando entró a la facultad de derecho de Harvard fue una de las nueve mujeres. Los hombres eran 541.

Se propuso cambiar las cosas. Ingresó como abogada para la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) y desde allí fue logrando fallos en casos de discriminación de alguna minoría, que marcaron tendencias y con el tiempo jurisprudencia. Esto nivelaba la balanza un poco. Se transformó en un icono cultural progresista y su imagen se popularizó.

En 1993 el presidente Bill Clinton la propuso para integrar el Tribunal Supremo y el senado la confirmó por 96 votos a 3. Fue la segunda mujer en llegar a esa jerarquía judicial. No siempre logró imponer sus posiciones como cuando en el 2006 el Tribunal falló en contra de una mujer que se quejaba porque le pagaban menos que a sus compañeros varones. Obama enmendó esto y logró la ley Ledbetter en honor a la demandante que prohíbe la discriminación de género en el salario. En el 2015 tuvo éxito con un fallo que permite el matrimonio igualitario a nivel federal. Sabiéndose minoría repetía “no pido ningún favor por mi sexo. Todo lo que pido a mis compañeros es que dejen de pisarnos el cuello”.

Cuando el pasado 18 de septiembre falleció, en su quinta batalla contra el cáncer, el presidente Trump no pudo ocultar su antipatía “ella tuvo una vida increíble, ¿qué más se puede decir?”. Por eso no sorprendió que una multitud lo abucheara cuando él junto a su esposa fueron al funeral. En menos de un minuto se retiraron. Ella sigue transformando.

José Luis Goin

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