02/11/2020

Cómo administrar las emociones negativas

En una crisis profunda como la que estamos atravesando, todas las emociones cobran otra dimensión y aparece en las personas mucho miedo, mucho enojo, poca tolerancia. Pero básicamente son dos las emociones que debemos aprender a administrar para ser capaces de cuidar nuestra salud psíquica, tanto como cuidamos nuestra salud física.

Una es la ansiedad que consiste en “correr para adelante”. Es la preocupación constante y la rumiación permanente que nos hace pensar todo el tiempo: “¿Cómo voy a hacer? ¿Qué va a pasar? ¿Y si pasa tal cosa…?”, etc. Entonces la persona pierde capacidad de acción para manejar la situación, porque pasa todo el día inmerso en lo que se denomina en psicología “parálisis por análisis”.

La otra es la depresión que es lo opuesto: “correr para atrás” y surge por el aburrimiento, por la sensación de que uno “ya no tolera más y no tiene ganas de nada”. Mucha gente pospone todo lo que podría estar hacienda en casa y se siente aburrida y frustrada. Como resultado, buscan compensarlo comiendo o bebiendo en exceso.

¿Cómo deberíamos manejar estas dos emociones? Comparto algunas ideas muy prácticas:

En primer lugar, mantener ciertos horarios fijos y no moverlos. Ya sea para levantarse y acostarse, para comer, para estudiar con los chicos, etc. También es importante arreglarnos, aunque no tengamos que salir. Es fundamental sentirnos bien y eso se logra cuando mantenemos aspectos rituales en nuestra vida.

¿Y cómo frenamos la cabeza? Todos necesitamos información que nos lleve a la acción, pero no necesitamos sobreinformación. El exceso de datos, en especial si son negativos, nos activa la mente. Hay que ponerle un alto a nuestros pensamientos y, si es preciso, hacer cartelitos que digan ALTO y pegarlos en lugares donde los veamos a cada momento a manera de recordatorio. Nadie pisa el acelerador si está manejando de noche con niebla. Hoy estamos en medio de la noche y tenemos que desacelerar para cuidarnos.

La gente que tiende a sentirse anímicamente con “bajones” necesita buscar nuevos estímulos que la activen. Podemos graficarlo con una bicicleta de dos ruedas desde el punto de vista psicológico. La primera rueda son las emociones positivas. Aquí incluimos recordar vivencias lindas, recurrir al humor, mirar una película o escuchar canciones que nos transmitan un mensaje que nos eleve. Es decir, cualquier actividad que despierte un poco de asombro y nos saque del aburrimiento que es la falta de mejora.

La otra rueda es la solidaridad. ¿Por qué no llamar a tres personas por día y agradecerles por algo, interesarnos por su situación y transmitirles una palabra de ánimo? Todos podemos hacer algo por alguien, aun desde casa, si nos decidimos. Alfred Adler, un gran terapeuta, cuando venía alguien deprimido a consultarlo, le escribía en el recetario: “Busque una persona a quien amar durante 14 días seguidos”. Sin duda, la mejor receta para salir de la crisis y las emociones negativas que esta conlleva: el amor.

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