14/09/2020

El cansancio peligroso

Hoy en día todo el mundo parece estar cansado. Las distintas dificultades que nos aquejan colaboran para que muchas veces nos sintamos así. Lo cierto es que, en ese cansancio, tiene mucho que ver el cerebro. Este consume una parte importante de la energía que incorporamos, aunque no seamos conscientes de ello. Pensar, algo que en medio de una crisis solemos hacer demasiado, es la actividad que más energía requiere. Y cuando la energía es baja, disminuye el nivel de glucosa. Como resultado, experimentamos menos autocontrol, algo que vemos a diario en muchas personas.

Otra actividad que consume una gran cantidad de energía es la toma de decisiones. Por eso, cuando no dormimos bien o no comemos bien y sentimos cansancio, nos cuesta más accionar y controlarnos. Alguien cansado es más propenso a escoger lo que no es saludable, en lugar de lo que es bueno o mejor para su vida. El cansancio es una de las razones de la pérdida de control de uno mismo.

Hay una famosa historia de dos hermanos que terminaron enemistados: Jacob y Esaú. Y todo debido al cansancio de este último. Un día Esaú, que era cazador, regresó cansado del campo y, muerto de hambre, le vendió su “primogenitura” (los beneficios de ser el primer hijo en la cultura hebrea) a su hermano Jacob. ¿A cambio de qué? ¡De un plato de lentejas!

El cansancio físico, y sobre todo mental, no es en absoluto beneficioso. Por esa razón, los expertos aconsejan tomar decisiones importantes a primera hora del día y no por la tarde; y no empezar el día ocupándonos de cosas sencillas que podemos hacer cuando tenemos menos energía. En realidad, en esos momentos no deberíamos llevar a cabo ninguna tarea que nos demande un gran gasto de energía.

La energía de la que carecemos, ya sea por falta de descanso o de buena alimentación, por lo general, empuja a nuestro cuerpo a sentir que necesita cosas para sentirse mejor, como comer algo rico y poco sano, comprar algo que me gusta (si me lo puedo permitir), etc. En realidad, no es otra cosa que nuestro organismo que nos demanda azúcar.

En el lado opuesto un nivel elevado de energía, provisto por sueño y comida de calidad, hace que eso que quizás no es lo mejor para nosotros ya no nos tiente. Otro ingrediente fundamental para elevar nuestra energía es el ejercicio físico. Algo tan simple como caminar con regularidad libera en nosotros dopamina, que nos ayuda a sentirnos contentos y equilibrados, y nos fortalece.

Como cité anteriormente, el cansancio es uno de los motivos principales de la pérdida de autocontrol. Actualmente es muy común ver a personas de todas las edades funcionando como en “piloto automático” porque… ¡sus baterías están agotadas! La verdadera razón es que no tienen suficiente energía para pensar y decidir bien.

A esto hay que sumarle las muchas presiones que vivimos a diario. Por eso, cualquiera sea la situación en la que nos encontremos, prioricemos estar siempre descansados física y mentalmente. Aun en medio de la adversidad, podemos lograrlo, y si necesitamos ayuda profesional, no dudemos en buscarla.

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