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| 20/08/2020

El Coral Melipal registró canción de Peteco Carabajal

Adrián Moyano
El Coral Melipal registró canción de Peteco Carabajal
El Melipal en versión virtual.
El Melipal en versión virtual.

Confinamientos y distanciamientos conspiran contra muchas cosas, entre ellas, la pasión de cantar en grupo. Pero dirigidos y dirigidas por Patricia Tarantini sacaron fuerzas de flaquezas y lograron una trabajada producción audiovisual.

El formato es el que forzosamente, se impone en épocas de distanciamiento. Pero el Coral Melipal alinea a 25 voces, así que es imaginable el despliegue previo que debió poner en juego. El elenco que dirige Patricia Tarantini puso a circular una versión de “Rumi Cani”, tema de Peteco Carabajal que ya puede verse en su página de Facebook. Un esfuerzo importante que procuró sobre todas las cosas, mantener encendida la llama de la música.

De manera previsible, la cuarentena dio de lleno en el funcionamiento habitual del colectivo. “Nos afectó como a todos: cada uno en su casa”, concedió Patricia Tarantini, su directora. “Tuvimos que reprogramarnos, re-proyectarnos y reinventarnos”, describió. “Nosotros somos un grupo de personas de mediana edad para arriba, o sea que con la tecnología, algunos están muchos más amigados que otros pero bueno, la necesidad tiene cara de hereje”.

Ante los imperativos de la realidad, “todos tuvieron que recurrir a sus celulares, a sus computadoras y primero, como a todos, nos costó asimilar el alejamiento”, admitió la conductora. “Si cantamos en coro es porque justamente, nos gusta cantar con otras personas. Cantar en grupo es una actividad que nos encanta de toda la vida, es muy sanadora y liberadora. Entonces, vimos cómo podíamos hacer”.

Los posibles caminos no se presentaron fácilmente. “Después de un tiempo en el que tuve que pensar y ver cómo hacía, reprogramamos las reuniones, hicimos ensayos por Zoom y empezamos a encontrarnos todas las semanas”, describió Tarantini. En la actualidad, “tenemos dos ensayos de cuerdas: un día con bajos y tenores, otro con sopranos y contraltos”. En cuanto a su rol, “sigo haciendo básicamente el trabajo que hacía cuando estábamos todos juntos: estudio las canciones, envío los audios por cuerda pero ahora la metodología es distinta porque por Zoom no podemos cantar todos juntos. Entonces, de a uno me van enviando sus partes”, contó.

Como afirma el saber popular, no hay mal que por bien no venga. “Lo que se enriqueció fue el hecho de la cosa personalizada porque en general, cuando se ensaya en coros, se ensaya con la cuerda, no uno por uno. Por ahí nos vino bien este trabajo personalizado de escuchar y ver a cada uno, todos vamos escuchando lo que tenemos que mejorar”, resaltó la directora. “Le pusimos mucha onda y todos (las y los coreutas) son amorosos, se programan para día y horario, como siempre. Lo lindo es seguir cantando juntos… Aunque no estamos juntos físicamente, lo estamos en las transmisiones y en nuestro sentimiento, que es lo más importante”, destacó.

Reunir condiciones

Así las cosas, Tarantini se propuso “elegir una canción que no fuera muy extensa. Tenemos muchísimas canciones pero muchas son muy extensas y esta (Rumi Cani) reunía esa condición”. También, “por el tema de la edición de las voces, elegimos una que no tuviera tanta entrada y salida de voces, que más o menos pudiera ir parejo el coro. No te digo que un unísono toda la canción, porque eso es imposible pero bueno, eso también influyó”.

Es que “después, cuando se edita, al ver tantos videos, notaba yo que algunos de los que cantaban quedaban muy descolgados y eso no queda lindo porque distrae”, compartió Tarantini. “Entre todas las canciones que había, esta me gustó porque le gusta mucho al coro, está llena de esperanza y también habla de los pueblos originarios, así que es un canción chiquita pero que tiene mucho contenido para nosotros”, justificó.

La verdad, el trabajo de recrear un coro por medios digitales tiene mucho de hormiga. “Primero hicimos los audios. Yo grabé las pistas con un metrónomo, se las pasé a ellos, que las tuvieron que volver a ensayar porque si bien uno sabe la canción, está acostumbrado a cantar siempre con el maestro, que dice donde subir, donde bajar y dónde están los matices, acelerando o desacelerando”, ejemplificó. “En este caso, había que hacer algo mucho más derechito y parejo para que todos quedaran iguales”, indicó.

La factura fue trabajosa. “Al principio, eso costó porque además, cada uno estaba solito grabándose y mirándose. Sufrieron bastante… ¡Pobres (sonrisas)! Después del trabajo de grabarse cada uno con el metrónomo en su voz, me mandaban a mí los audios, corregía si estaba bien o si no, si se habían corrido del tiempo o no y después que estuvo todo el proceso de los 25 audios, hicimos los videos”.

Esa faceta requirió otro grado de compenetración. “Todos cambiados y con la ropa del coro, con la faja que es nuestro distintivo y también con un auricular, tratando que de que no se vea, todos bien arregladitos”, ilustró Tarantini. “Como si fuese una presentación en un concierto, con la base de la canción y cantando”. Pero todavía faltaba. “Después, se mandó a editar porque en la edición se juntan las voces con el video y quedó muy bien. La verdad que Javier Vidal, nuestro editor –el chico que dirige La Nube Percusión-, es un genio. Hizo una edición hermosa, casi perfecta. Quedó estupendo. Después de tremendo trabajo, fue una emoción vernos juntos, una emoción para todos. Todavía no está en YouTube, está en el Facebook de Coral Melipal”, avisó la directora.

Si bien el registro de “Rumi Cani” demostró que se puede, el futuro inmediato de las agrupaciones corales lejos está de despejarse. Trazar planes “es muy difícil porque todo lo que hacemos los coros es en conjunto y no podemos juntarnos. Mi idea es seguir ensayando, nosotros seguimos aprendiendo y aprendimos mucho en estos meses: cinco obras nuevas”, balanceó la directora. “Ahora estamos aprendiendo otra, una obra hermosa de Edgardo Lanfré con un arreglo genial de Rodrigo: Felisa Millapi”. Una joyita de historia y música con inconfundible sello propio.

Directora y dirigidos, no hace tanto tiempo.

 

Ponerse en el lugar del otro

En definitiva, “estamos abocados a eso: estudiar, aprender obras y bueno, quizá más adelante se presente la oportunidad y hagamos otro video, vamos a ver qué nos depara el destino”, aventuró Patricia Tarantini, directora del Coral Melipal. “En este momento, no todos están muy para arriba y predispuestos, hay problemas de trabajo y anímicos, entonces, de mi parte como directora, hay que hacer un trabajo de seguimiento personalizado: mandar mensajes, estar detrás, proponer, estudiar”, ilustró.

Los desafíos se profundizan. “Parece medio tonto pero, para el que está acostumbrado a hacer una actividad en grupo, pararse solo, filmarse y escucharse en una grabación, fue bastante. Pasó y después estuvo la satisfacción de vernos todos juntos, aunque sea de esta manera”, insistió. “Por ahora, la idea es seguir trabajando así, ensayar y aprender obras para ver qué nos depara el futuro. Calculo que nos pondremos como meta hacer otro video, que es lo podemos hacer por ahora”, insistió.

Como pudo advertirse, en 2020 una directora de coro tiene bastante más trabajo del habitual. “La responsabilidad del que está a cargo de cualquier grupo, es mantener la llama viva como se pueda: a través de la música, de la palabra, de mensajitos, de un te quiero… Quiero que estemos todos, como podamos. Siento en este momento que esa es mi responsabilidad: permanecer y juntarnos para cantar y poder llegar a un ensayo. Más que nunca, es un momento para ponernos en el lugar del otro y dar lo que podemos”, proclamó Tarantini, con absoluta razón.

Adrián Moyano

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