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| 23/06/2020

Gustavo Dasso armó la saga “Una vida mejor”

Adrián Moyano
Gustavo Dasso armó la saga “Una vida mejor”
Gustavo Dasso, un rey preocupado.
Gustavo Dasso, un rey preocupado.

Es una sucesión de cortos audiovisuales de 2 o 3 minutos, que puede apreciarse vía redes sociales o YouTube. Con el humor como eje, ironiza sobre los recursos a los que recurrimos para sobrellevar el confinamiento.

En el sexto capítulo de “Una vida mejor”, suena música que se sugiere cortesana. El hombre se calza una corona en la cabeza y se anuda una capa roja al cuello. Acto seguido, con gesto de refinada atención, mancha con tinta un papel, pluma en mano. El ambiente monárquico se desvanece precisamente de un plumazo, cuando comparte en voz alta sus cavilaciones, que se reducen a una duda esencial: ¿línea de tres o de cuatro? Justo en ese instante, suena un teléfono. El partido del domingo será clave.

“Una vida mejor” se titula la saga con la que Gustavo Dasso en su faceta de actor, enfrenta la pandemia e ironiza sobre las respuestas que usualmente, se dan al interior de los hogares. Como suele suceder en estos casos, arrancó de manera experimental y ante el suceso que su impulsor advirtió, los capítulos se fueron hilvanando. Pueden verse a través de Facebook, previo amigarse con su creador, o por otras redes y plataformas.

“En cuanto a lo laboral, la pandemia me impactó y modificó en todo”, contextualizó Dasso. “Estoy absolutamente parado, estaba dando clases de teatro para chicos en el centro cultural Puentes y estaba hablando con otro lugar, también para dar clases de teatro para chicos. También estaba con la obra de teatro La Vara con el plan de ir a las escuelas, para lo cual habíamos armado un proyecto pero en todos los planes, me detuvo en todo. No pude avanzar en ninguno de esos aspectos”, compartió.

Lejos de sumirse en la parálisis, cierta chispa se encendió. “A raíz de la situación y en virtud de que las posibilidades que se daban eran a partir de concursos que surgieron de (la Secretaría de) Cultura de Río Negro y otras instancias, advertí que la opción era generar algún tipo de contenido de alguna índole para mandar. No tengo mucho manejo de lo audiovisual porque obviamente, hay que hacerlo con celulares o con lo que uno dispone.

Entonces, le plantee a un amigo que tenía algunas ideas para hacer contenidos sí él me podía editar los videos que le mandaba. Así arrancamos y armé una saga de cortos de humor, breves, de 2 o 3 minutos”, historió.

La iniciativa “ya va por el sexto capítulo y curiosamente, porque los había pensado para mandar a algún concurso en particular, empezaron a tener mucha repercusión entre la gente que los vio y me decían: ¡qué divertido! ¡Qué bueno! Entonces, se convirtió en una saga y al mismo tiempo, la cuarentena se fue extendiendo, haciendo cada vez más larga y me pasa que tengo la necesidad de generar cosas y estar activo creativamente”, confió Dasso.

Refugio y posibilidad

Está a la vista que el actor dio en cierta tecla. “Encontré este rincón, este refugio y posibilidad. En el camino, mi amigo tuvo complicaciones, entonces contacté a Laura Ferreira, productora audiovisual de Al Dente Audiovisuales, que me está ayudando en la edición, así que lo fuimos profesionalizando más. Estoy haciendo un capítulo semanal, sale todos los sábados y lo voy poniendo en Facebook, YouTube o Instagram”, informó.


Dasso en otro de sus papeles.

El humor está a la orden del día porque “es un sátira, una parodia a la situación a la que hemos arribado. Arrancó con el tipo que está frente al televisor y ante su imposibilidad de hacer absolutamente nada, está bombardeado por un montón de información que le ofrece clases de esto y de aquello e intenta empezar con alguna. Empezó con una parodia sobre eso, un tipo frente a las diversas pantallas: la tele o las que fueran… Y otra gente, tratando de aportar algún tipo de conocimiento, eventualmente tratando de generar algún lucro”, señaló el actor.

De forma fácil, puede reconocerse en “Una vida mejor” aquello que “ha ido sucediendo en este período. Entonces, arrancó como una sátira pero después fue tomando distintos cursos, siempre con ese eje central: cómo hace un tipo en situación de confinamiento para resolver cosas puntuales y las imposibilidades o torpezas con las que todos nos encontramos”, explicó Dasso. “De hecho, para hacer estos cortos yo mismo tuve que inventar un montón de situaciones. Las ideo, las actúo, hago el guion y tengo la voz de un amigo, actor salteño, que por un lado me manda los audios y tengo que compaginarlos y mandárselos a otra persona que está en otro lado. Eso mismo, en todos los planos”, resumió.

El actor no se lleva del todo mal con los elementos a los que hay que echar mano para producir en cuarentena. “Honestamente, los estoy descubriendo. Me voy sintiendo más cómodo en el transcurrir porque lo voy aprendiendo pero de todos modos, tampoco me son tan ajenos porque he hecho cosas en cine y también en televisión. He estado frente a cámaras, aunque esto es muy puntual”, diferenció.

“En cuanto a la mirada del teatrero, hay que pensar que el actor tiene la idea de que no está siendo observado, es decir, la cuarta pared, así que la no presencia de público, no me complica”, relativizó Dasso. “Sí el tema de cómo resolver en cuanto a tecnología y cómo darle un cierto nivel de calidad a la imagen y todo eso. Si ves el capítulo uno y el seis, la diferencia es notable, en duración y en concepto”, admitió. “Una vida mejor”, en todo sentido.

Solucionar situaciones

Por otro lado, “yo escribo teatro y guiones, entonces es un resumen de todo lo que hago en un cortito de dos o tres minutos. En ese plano, es divertido. Me interesa y atrae hacerlos y me pone en una situación puntual de obligarme a buscar la solución de situaciones en este contexto”, insistió Gustavo Dasso. Pero por ahora, el artista no se plantea monetizar sus experiencias, como ya aventuran colegas suyos.

“Estoy estudiando la situación. Vi que Juan (Alari) estaba poniendo la obra (“Celular”) pero tengo que adentrarme un poco más en cómo funciona eso”, avisó. “Lo que yo necesitaba era generar contenido, hacer algo puntual para tener y funcionó muy bien. Tenía la idea de hacer uno o dos capítulos para mandar a algún concurso y ver qué pasaba, me lo empezaron a pedir y se amplificó. Las gorras virtuales no me parecen mal pero a mí me dan cierto pudor todavía, es una cosa muy personal”, explicó.

Admitió el actor que productos como el suyo “son el trabajo de los que estamos en esto, uno le dedica tiempo, ingenio, esfuerzo y energía, pero más que nada yo los hice porque necesito estar generando algo porque si no realmente, además de lo económico, se torna doblemente dificultoso para mí en lo personal. Tiene que ver con la pulsión de generar y estar haciendo. Además, me permitió comunicarme con un montón de gente porque los empecé a mandar”, resaltó.

Ocurre que “tampoco tengo tantos amigos en Facebook, entonces al mandarlos a gente que conozco de cuando viví en Chile, en Ecuador y Perú, se me abrieron un montón de puertas inesperadas”. En definitiva, la saga “está siendo una experiencia grata. Además de tener una herramienta, que eventualmente voy a ver si la puedo aplicar para hacerlo en línea, también tenía que ver con la necesidad de volver al humor, una faceta que tenía medio relegada”, concluyó Dasso, que también fue payaso cuando la vida era mejor.

Adrián Moyano

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