09/03/2020

Cambiar la manera de pensar

Cambiar la manera de pensar

¿Te gustaría ser exitoso, exitosa, en todas las áreas de tu vida? ¿En tu profesión o empleo, en tus estudios, en la relación con tu pareja o con tus hijos? Si tu respuesta es afirmativa, necesitás ser consciente de que solamente somos capaces de tener éxito, y mantenerlo en el tiempo, cuando cambiamos nuestra manera de pensar. Es decir, nuestra mentalidad.

La mayoría de las personas culpan a los demás por sus luchas diarias. Pero lo cierto es que, toda vez que no logramos avanzar y nos sentimos trabados, debemos mirar hacia adentro. Es “mi pareja… mi jefe… mis hijos… el país”, se quejan algunos. La respuesta siempre se halla en “mí”.

Para provocar un cambio, es fundamental cambiar uno y no esperar que el otro cambie. Estas son las tres modalidades de funcionamiento de todos los seres humanos:

1. Recibo información útil pero no logro fijarla en mí debido a mis muchas preocupaciones y/o distracciones.

2. Recibo información útil e incorporo algo de ello pero solo llevo a la práctica algún cambio ocasional.

3. Recibo información útil que pasa a formar parte de mí y, como resultado, mi mentalidad es transformada.

Cada una de estas tres modalidades está basada en lo que se denomina “cultura organizacional”. Si en un negocio sus empleados atienden pésimo a los clientes, esa es la cultura o la mentalidad reinante en ese lugar.

Probablemente les vaya mal y sean superados por la competencia. En cambio, quien toma la decisión consciente de realizar un cambio en su manera de pensar le abre la puerta al éxito.

Entonces, ¿cómo cambiamos nuestra mentalidad? Comenzando por desechar estas tres ideas falsas que tanto daño nos hacen:

a. No soy de acá ni soy de allá: es el famoso desarraigo que no nos permite echar raíces en ningún lugar.

b. Lo atamos con alambre: es la típica frase argentina que significa que conservamos cosas rotas o mantenemos el desorden, lo cual jamás nos conduce a la excelencia.

c. Ya lo sé: otra frase muy nuestra que revela el orgullo nuestro que nos hace creer que lo sabemos todo. Como resultado, no dejamos que nadie nos enseñe y nos perdemos maravillosas oportunidades de mejora y superación personal.

Y una vez que nos hemos liberado de estas tres ideas, debemos incorporar los siguientes hábitos:

* Realizar planes con rapidez
Si bien no podemos planificarlo todo, frente a los imprevistos, todo podemos practicar las soluciones rápidas. Con esta mentalidad, jamás pondremos excusas y seremos capaces de organizar algo en horas o en un solo día.

* Ser un solucionador de problemas
Son muy valorados, en todos los ámbitos, quienes son capaces de resolver cualquier inconveniente, en lugar de quejarse o resignarse.

* Hacer las cosas bien desde el principio
¿Qué quiere decir hacer las cosas bien? Hacerlas con excelencia. Es decir, con motivación interna independientemente de lo que sucede externamente.
Querido amigo, querida amiga, si estás decidido a perseguir el éxito, tené siempre presente que todo empieza y termina dentro de cada uno de nosotros.

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