Orgullo: Bariloche despide en el aeropuerto a un nuevo satélite fabricado por INVAP

Con seis satélites diseñados y construidos ya puestos en órbita, la empresa estatal rionegrina dirá adiós nuevamente a una de sus creaciones. El SAOCOM 1B partirá hacia Cabo Cañaveral, desde donde será enviado al espacio.

Bariloche comienza a acostumbrarse a este tipo de protocolos. Una vez más, arribó al aeropuerto local uno de los aviones más grandes del mundo: el Antonov 124 que partirá en la madrugada de mañana sábado con un nuevo satélite de observación a bordo.

El traslado del artefacto se hizo este viernes a la madrugada hasta el convoy que está ya dispuesto en el aeropuerto “Teniente Luis Candelaria”. 

La carga del SAOCOM 1B será por el frente del avión y por la cola. Se estima que dicha tarea puede demorar unas diez horas, ya que entre otras cosas requiere del armado de la rampa del Antonov y la carga de material de soporte que se utilizará para el despegue hacia el espacio.

Para el acto oficial, se espera las palabras de las autoridades; Arabela Carreras (gobernadora de Río Negro), Roberto Salvarezza (ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación), Raúl Kulichevsky (director ejecutivo de la CONAE) y de Vicente Campenni, CEO de INVAP. Está confirmada la presencia del jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Santiago Cafiero.

La ceremonia, además de la cuestión protocolar, servirá de acto formal de entrega del satélite, por parte de la empresa INVAP a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales.

Mientras que para la madrugada del sábado, está pautada la partida del avión desde Bariloche hacia el aeropuerto “Arturo Merino Benítez” de Santiago de Chile, donde hará escala, para luego dirigirse con destino final a los Estados Unidos, al estado de Florida, donde está ubicado el Cabo Cañaveral.

El Cabo Cañaveral es ampliamente conocido por ser, desde 1950, el principal centro de las actividades espaciales de los Estados Unidos. Desde el punto de vista geográfico es un estrecho promontorio que se extiende sobre el océano Atlántico.

Diego Llorente