CUENTOS Y CANCIONES AL REVES ¡Un ratito más!

¿De dónde salió esa idea de levantarse cuando todavía me quedaba un montón por soñar? Justo estaba saltando en las nubes a punto de alcanzar un chupetín gigante de los rojos, ¡que son los que más me gustan! y ¡zas!

–Dale. Al cole que es el último día… (me decía mamá mientras me hacía cosquillitas en la espalda).

Para los chicos todos los días deberían ser domingos. Y no me vengan con el cuento de las vacaciones, que cuando se acaba el cole, empieza la colonia. No me malinterpreten, me gusta la colonia, lo que me revienta

es levantarme temprano.

Si algún día llego a ser presidente, voy a hacer que cada uno tenga su propio reloj, con su hora personalizada. Cada uno, va a dar la hora ideal para cada momento del día. Ni siquiera van a tener números. Digo, algunas frases podrían andar bien. Por ejemplo, cuando te agarre hambre, vas a mirarlo y va a marcar la hora de comer; cuando te pinten ganas de andar en bici, hora de jugar; y así. El reloj te va a marcar la posta.

¿Desde cuando unas agujitas me van a decir a mí cuando tengo sueño o cuando tengo ganas de levantarme? ¡No tiene ninguna lógica! Además, no es justo, porque cuando le conviene, se acomoda. Si acá son las 9 de la mañana, en Nueva Zelanda es la 1 de la madrugada ¿ves? Para algunas cosas el reloj se acomoda. Deberíamos poder acomodarlo para nosotros también. Así como hay husos horarios, yo voy a proponer los usos de cada uno. Entonces, la próxima vez que mamá me venga a levantar a sus

8 de la mañana, le voy a decir que en la HORA JOAQUÍN,

todavía falta un montonazo para las 8.

A zambullirse en sueños

Llegó la hora de ir a dormir
a zambullirse en sueños y hasta mañana…
Con los ojitos te digo ¡adiós!
pronto estaré volando entre las sábanas…
Hasta mañana, hasta mañana…
¡Hasta mañana!

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