09/12/2019

Las cartas que no elegimos

Las cartas que no elegimos

Cuando venimos a este mundo, a todos los seres humanos nos son entregadas cuatro “cartas” que no hemos elegido. A ellas debemos barajarlas y utilizarlas de la mejor forma posible en este gran juego que todos jugamos y se llama vida. Te invito a analizar cada una de ellas:

1. Mi cuerpo

Todos heredamos de nuestros padres y abuelos una determinada contextura física, que incluye el color de los ojos y el cabello, la estatura, la piel, etc. También podemos heredar cierta predisposición a alguna enfermedad. Y aunque no elegimos qué cuerpo tener, todos podemos tratar con excelencia este maravilloso envase. Esto incluye la actividad física, la comida saludable y los buenos pensamientos. ¿Qué clase de relación tenés con tu cuerpo?

2. La familia

Si bien no elegimos a nuestros padres, y demás miembros de la familia de origen, sobre todo cuando no hemos disfrutado de la mejor relación con ellos, podemos hacer algo al respecto. Quizás tu papá te maltrataba o tu mamá te abandonó. O todo lo contrario: tuviste padres que te cuidaron y te amaron. Todo lo que no recibimos de nuestros familiares, de grandes, tenemos la posibilidad de escoger dárselo a otros. Es decir, cambiar la historia. Y aun cuando nuestra historia fue buena, siempre podemos mejorarla.

3. Las circunstancias

Muchas de las circunstancias que vivimos no las elegimos. Como nacer en determinado país, tener una posición económica privilegiada o sufrir escasez. Diversas situaciones dificilísimas que nos causan una gran desdicha, como enfermedades, abusos y abandonos, son otra de las cartas que nadie elige. Pero la buena noticia es que, como en los otros casos, siempre se nos brinda la posibilidad de decidir qué vamos a hacer con eso. Es decir, cómo vamos a reaccionar a todo lo vivido: si nos vamos a quedar estancados en la frustración y el rencor; o lo vamos a capitalizar y a usar a nuestro favor para aprender y crecer. Más importante que lo que nos sucede en la vida es cómo respondemos a ello. Esta libertad interna con la que contamos nadie la puede tocar.

4. La mente

¿Sabías que los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo del cerebro de un ser humano? Por eso, si alguien en su temprana infancia vio que en su hogar todo era violencia, muy probablemente se convierta en una persona agresiva o débil que atrae a los agresivos. La mayoría de nuestras costumbres hoy en día como adultos, sin necesidad de irnos al extremo mencionado, son ideas que fueron instalándose en nuestra mente como normalidad. Porque las incorporamos del entorno familiar. A pesar de ello, hoy podemos elegir qué ideas usar y cuáles descartar. Todos tenemos la libertad de escoger qué creer.
En este tiempo especial en el que se acerca el fin de otro año, te invito a reflexionar en estas cuatro cartas con las que te ha tocado jugar y la manera en las que las estás manejando. Pero no olvides que contás con un comodín: el libre albedrío para administrar tu herencia y construirte una vida que valga la pena ser vivida y deje huella.
Por consultas, podés escribir a [email protected].

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