Peligro: redes sociales

“Hoy, el que no está en las redes sociales, no esssiste”, dijo Hugo Basilotta. Este personaje de 67 años lleva acumulados más de 30 mil seguidores en Twitter y es nada menos que el vicepresidente de la marca Guaymallén, fabricante de alfajores.

Su última publicación desde el interior de la fábrica, el pasado 29 de noviembre, no le fue muy simpática. Elogio tras elogio de su alfajor triple de membrillo, se lo vio chupando la cuchara con dulce, para luego depositarla nuevamente en el pote. No tardaron sus propios seguidores en notar el detalle y comentar la publicación del video.

Al principio el novato influencer intentó responder mensaje por mensaje aclarando la situación, pero era un trabajo estéril. Fueron más de 3 mil mensajes que se acumularon sin pausa.

Tres días después prefirió cambiar de estrategia y publicó un video aclarando que ningún pote abierto puede entrar en la producción de los alfajores. Ese video ya acumula 4 mil mensajes, con una gran repercusión nuevamente.

Al margen de los hechos, que fueron para Basilotta un máster acelerado en manejo de redes sociales, y quedará en la anécdota rápidamente, sirve para reflexionar que las redes sociales pueden ser también peligrosas.

Casos como el que sufrió la empresa Guaymallén han habido muchos, algunos pocos terminaron con final feliz, otros muy mal.

Demás está decir que hay que cuidar la privacidad, y en el caso de una empresa podríamos aplicar la misma premisa. No sería extraño que por un video actúe bromatología de oficio, o puede suceder que se vean en la filmación faltas de higiene o seguridad que compliquen a cualquier empresa.

En el manejo de redes sociales hay una máxima que hay que tener muy en cuenta, “es tan peligroso publicar mucho como publicar poco”.