11/11/2019

Cómo comunicarnos con eficacia

Cómo comunicarnos con eficacia

 

Así como sea nuestra comunicación, serán nuestras relaciones interpersonales. Esto significa que, para llevarnos bien con los demás, necesitamos aprender a comunicarnos. Los seres humanos somos comunicadores innatos que comenzamos a hablar en la niñez y luego lo hacemos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. 

¿Por qué existen tantos problemas en las familias y los lugares de trabajo? Debido a falencias en el campo de la comunicación. Cuando no nos comunicamos bien, somos mal interpretados. Algunos eligen culpar a los demás: “Mi pareja no me entiende… mis hijos no me escuchan”, etc. Pero debemos mirar hacia adentro y comprobar “cómo” hablamos.

Una misma palabra significa distintas cosas en diferentes contextos y para diferentes personas. Es así como un término puede significar algo para mí y algo más para vos. Tengamos siempre presente que las palabras poseen una multiplicidad de significados. Consideremos estos dos ejemplos…

Discutir en la pareja para algunos es sinónimo de “pelear”; mientras que para otros implica “dialogar y negociar”.

Perdonar en las relaciones interpersonales para algunos significa “soltar la ofensa y liberarse” (ellos están dispuestos a ser libres y vivir sin cargas); mientras que para otros es “ser débil y olvidar” (¡y ellos no están dispuestos a olvidar!). Aquí es importante aclarar que el término perdonar quiere decir “desatarse”. Ningún ser humano puede olvidar por completo pero todos, si queremos, podemos dejar ir las ofensas recibidas y caminar sin cargas.

También es muy importante el contexto de una oración porque le proporciona otro sentido. Entonces cuando escuchamos una frase, antes de reaccionar negativamente, debemos ver todo el contexto porque este determina un sentido particular. No es lo mismo decirle a alguien: “Quiero pedirte un favor” que decirle: “Quiero pedirte dinero prestado” o: “Te quiero y siempre te querré”. El contexto siempre modifica el sentido de lo hablado, por eso, prestémosle cuidadosa atención.

Otro elemento que interviene en la comunicación es lo que se conoce como “sobreentendido”. Los expertos explican que lo empleamos a menudo, aun sin darnos cuenta. Si yo le digo a mi hija: “Vamos”, eso implica: “Vamos a casa”. Expreso solo una palabra y ella comprende el resto. En todos los idiomas solemos emplear algunas frases que se sobreentienden y no precisan demasiadas explicaciones.

Por último, algo que a veces no tenemos en cuenta es lo “no verbal” que incluye el tono y el lenguaje corporal. Por ejemplo, alguien que habla con rapidez y casi no hace pausas será interpretado por alguien como una persona con un alto nivel de energía; mientras que alguien más lo verá como una persona con un alto nivel de ansiedad. Lo cierto es que muchas veces decimos algo y damos, con un gesto o una postura, el mensaje opuesto. Decir: “Estoy abierto a escucharte” con los brazos cruzados expresa todo lo contrario.

Por todo esto, cuando anhelamos lograr una comunicación eficaz seamos claros, precisos, y cuidemos nuestros gestos y nuestro tono de voz. Todos ellos hablan con nuestras palabras a la hora de comunicarnos.

Por consultas, podés escribir a [email protected].

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