24/06/2019

Nosotros y los límites

Nosotros y los límites

La ausencia de límites es un tema muy importante a considerar. Esta es la causa por la cual hoy en día somos testigos de tantas formas de abuso entre los seres humanos, en expresiones tales como intolerancia, atropellos, falta de respeto, arrebatos de ira, violencia, etc. 

Los límites son una especie de frontera invisible que nos protegen. Cuando están bien delimitados en nuestra vida nos sentimos seguros y protegidos. También nos ayudan a diferenciarnos y a ser independientes y no tener que depender de otros. Son, sin duda, una muestra de salud mental y emocional.

Todas las personas fijamos nuestros límites. La forma en que lo llevamos a cabo es según cómo hemos sido criados y, sobre todo, de nuestro lugar en el sistema familiar. Existen diversas clases de límites pero estos cuatro son quizás los principales:

Límites físicos

Nuestra piel es el mejor ejemplo de estos. Dicho órgano actúa como una barrera que preserva el cuerpo durante toda la vida. Incluso con el paso del tiempo, aunque envejezca y se estire. Es un límite protector de nuestros órganos y, a la vez, nos distingue de los otros. Cuando una persona nos toca sin permiso, por ejemplo cuando nos besa a la fuerza, está cometiendo un abuso. Todos, sin distinción, somos libres de permitir que alguien avance sobre nuestro cuerpo, o no. Esto es algo que se nos debería enseñar a todos desde la temprana infancia.

Límites emocionales

¿Cuándo transgreden nuestros límites emocionales? Cuando deciden por nosotros sin consultarnos. Cuando resuelven una situación de la que nosotros mismos deberíamos ocuparnos. Cuando nos formulan preguntas que preferiríamos no responder. Cuando hieren nuestras emociones para causarnos daño. Cuando pretenden controlarnos y decirnos cómo tenemos que comportarnos. Aquí es fundamental saber que todos tenemos derecho a elegir cómo vivir nuestra vida, pero para ello debemos poner límites claros en nuestras relaciones interpersonales.

Límites de jerarquías

Un jefe no es un amigo. No necesitamos que nos ame. Hay que respetar las jerarquías laborales. Lo mismo sucede con las jerarquías en el área de la educación. Si un docente cita a los padres para informarlos del mal comportamiento de su hijo, los adultos no deberían hacer alianza con el menor faltándole el respeto a la autoridad. Como sociedad, nos urge aprender a respetar a las autoridades. Todos somos iguales como personas pero ejercemos diferentes roles en la vida que se deben reconocer para funcionar bien.

Límites externos

En esta categoría incluimos, por ejemplo, las normas de tránsito que son infringidas por muchos a diario en la ciudad. ¿Por qué sucede esto? Porque no nos gusta (en especial a los argentinos) que nos obliguen a respetar los límites impuestos por alguien desde afuera. Lo mismo ocurre en el ámbito laboral y escolar donde empleados y alumnos se resisten a respetar límites establecidos.
Quien no respeta un límite, sea de la clase que sea, muy probablemente no sea capaz de respetarse a sí mismo y hasta podría llegar a tener ciertas características psicopáticas.

Por consultas, podés escribir a [email protected].

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