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| 26/03/2019

Contundente y meticulosa pericia en telecomunicaciones ratifica la acusación contra Meyreles y Valenzuela

Contundente y meticulosa pericia en telecomunicaciones ratifica la acusación contra Meyreles y Valenzuela

 

El ingeniero David Baffoni, titular de la Oitel, brindó un contundente testimonio referido a las pericias en telecomunicaciones que realizó a pedido de la Justicia en el marco de la investigación por la desaparición de Lucas Muñóz. En el transcurso de media hora, momentos antes de la activación de una línea a nombre del oficial desaparecido, los protagonistas del hecho intercambiaron sugestivas comunicaciones. Hasta que todo fue descubierto, lograron desviar a los investigadores de otras líneas de investigación, en la creencia que Muñóz estaba vivo.

Todavía no habían pasado 24 horas de la desaparición de Lucas Muñóz cuando Federico Valenzuela, un oficial de la Comisaría 42, la misma en la que trabajaba el joven oriundo de Ramos Mexía, llamó a Néstor Meyreles a través de su teléfono celular. Tal vez por su ubicación en el destacamento de Sargento Vidal, en donde la compañía Claro no tenía buena señal, la llamada no fue atendida.

Pero apenas unos segundos después, desde el teléfono de Vïctor Meriles, de la compañía Movistar, que si funcionaba en el lugar, Meyreles se comunicó con Valenzuela. Hablaron un par de minutos. Inmediatamente después, Valenzuela envió un mensaje con el número de teléfono de Lucas Muñóz al teléfono de Meriles. Desde esa línea, el número fue reenviado al teléfono de Meyreles.

Instantes después, desde el teléfono de Meriles partió una llamada breve al teléfono de Elio Mauricio Carrera, propietario de una subagencia de telefonía celular. Seguidamente, existió una nueva llamada del teléfono de Meriles a Valenzuela y como respuesta inmediata, Valenzuela envió a ese teléfono un mensaje con el número de DNI de Lucas Muñóz, que, de nuevo, fue reenviado al teléfono de Meyreles. Al mismo tiempo, desde el teléfono de Meriles salió una nueva llamada a Carrera.

Todo ello ocurrió entre las 12:40 y las 13:17 del 15 de julio de 2016. Exactamente a las 13:19 de ese día, se activó un nuevo chip de telefonía celular de la empresa Movistar, a nombre de Lucas Muñóz. Todavía no habían pasado 24 horas de la desaparición.

El contundente estudio de telecomunicaciones realizado por el ingeniero David Baffoni, permitió no sólo realizar ese detalle, sino también obtener de una importante cantidad de aparatos aportados o secuestrados en la causa, una serie de mensajes de texto en los que los involucrados hablaban sobre el asunto.

"¿Se supo algo?" preguntó Meyreles a Valenzuela. "Todavía nada", respondió aquel y agregó "La investigación la lleva la Segunda (por la Comisaría Segunda de Bariloche) y no mueven las bolas". De esa misma conversación, se obtienen las certezas de que ninguno de los dos estaba abocado a la investigación por la desaparición de Lucas Muñóz, ni habían dado aviso a sus superiores de lo que intentaban hacer. Ya lo habían confirmado otros testigos que declararon en el juicio.

El subcomisario José Jaramillo, el comisario Jorge Elizondo, el comisario Eliseo González, el subcomisario Carlos Acuña y el comisario inspector Manuel Poblete, con distinto grado de detalle, habían explicado que desde la Unidad Regional Tercera, el mismo día de la desaparición de Lucas Muñóz, se puso al frente de la pesquisa a Eliseo González y que éste era el que impartía órdenes y designaba personal. Nunca designó a Valenzuela ni a Meyreles, ni tampoco les asignó funciones.

Fueron los mismos testigos los que explicaron que los miembros de la fuerza policial tenían la obligación legal de cooperar y así lo hicieron. Muchos agentes, oficiales y suboficiales colaboraron en los rastrillajes y otras tareas, pero la investigación, análisis de información y siguientes pasos, los decidía González en apoyo al fiscal Martín Govetto, que conducía el caso y para ese momento ya había armado un equipo de trabajo con un fuerte respaldo de la Procuración General de la provincia, que le puso infinidad de recursos a disposición.

El 14 de julio de 2016 Lucas Muñóz no se presentó a tomar la guardia de la Unidad 42 del barrio 2 de Abril. Los testigos que declararon en el juicio seguido a Néstor Meyreles y Federico Valenzuela, aseguran que inicialmente se comenzó a rastrear en su entorno, sin mayor preocupación, para determinar los motivos por los que había faltado a su trabajo sin avisar.

Volviendo al relato de Baffoni, describió el especialista en telecomunicaciones que su tarea estuvo dividida en tres etapas. La primera de gestión de información con las compañías de telefonía celular, la segunda respecto al análisis de comunicaciones entre varios equipos y la tercera, la extracción de datos de equipos telefónicos que fueron secuestrados o aportados voluntariamente en el transcurso de la investigación.

Durante la primera etapa, fue que se descubrió la activación de la nueva línea a nombre de Muñóz. Según describió, las 24 o 48 horas que transcurrieron hasta poder descubrir qué era lo que había ocurrido, creyeron que el oficial estaba en Neuquen. "Dejamos de lado otras líneas investigativas y nos abocamos a esto", reveló y explicó que se mantuvieron contactos con fiscalías y Brigadas de Investigaciones de de Neuquén y Cipolletti. "Se gastaron recursos, tiempo y todo siguiendo esa línea" graficó.

En el marco de la causa principal y las conexas, Baffoni y su equipo tuvieron bajo análisis decenas de miles de comunicaciones y detalló que se sometieron a estudio más de cincuenta líneas telefónicas.

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