18/02/2019

Diversas críticas por el modo de control de alcoholemia afuera de la Fiesta de la Cerveza

Diego Llorente
Diversas críticas por el modo de control de alcoholemia afuera de la Fiesta de la Cerveza
Imagen ilustrativa / Facebook Cerveza Bariloche.
Imagen ilustrativa / Facebook Cerveza Bariloche.

Se hizo uno por uno generando demoras de hasta más de dos horas para salir del predio. De las cientos de personas controladas, solo siete dieron positivo. ¿Hasta dónde una acción preventiva no atenta contra el desarrollo de un evento?

Numerosas críticas llegaron a la redacción de este diario y a las radios de la ciudad, con respecto a la forma en que se hizo el control de alcoholemia entre la Municipalidad y la Policía de Río Negro el pasado fin de semana, en el marco de la Fiesta de la Cerveza que se desarrolló en el predio de La Rural, camino al aeropuerto.

Las críticas apuntaban no al control en sí, entendiendo todas las voces desfavorables que es una acción válida y necesaria, sino al modo en que se desarrolló el operativo. El mismo se realizó en la puerta del predio y se le hizo el control de alcoholemia a cada uno de los conductores que salía de disfrutar una tarde diferente en dicha actividad, promocionada desde varios organismos del Estado, por lo que representa el producto cervecero para la economía de la ciudad y la región.

Pero al decir de los propios inspectores a los conductores que exponían su queja, solo contaban con dos alcoholímetros en dicho operativo y por eso se generaban unas demoras de más de una hora y media y con picos que superaron las dos horas de demora.

Esto generó el enojo de quienes salieron a disfrutar de un evento y las respuestas, en muchos casos, de mala forma de los funcionarios públicos. Ya que hubo casos en los que discutieron con las personas que iban a bordo de los vehículos.

Una buena cantidad de los reclamos que llegaron a esta redacción, se preguntaban con qué necesidad se controlaba a todos, como nunca se hace en ninguna parte del ejido, sino que se efectúa más al azar. Eso sin dudas, hubiese generado que el tránsito sea más ágil y no se hubieran dado tantas demoras.

Otras consideraciones, interpretaban que nunca se hizo algo así ni afuera de las cervecerías en los kilómetros, ni en Circuito Chico o en actividades como la Fiesta de las Colectividades.

Todas las personas que se vieron afectadas con una gran demora, señalaron que atenta con las ganas de ir a un evento de estas características, resaltando que la fiesta fue muy positiva, pero que la actuación del Estado, no fue ni práctica ni efectiva.

La efectividad del control se vio vulnerada respecto de los resultados. Según la propia Subsecretaría de Tránsito y Transporte del municipio, “se labraron once actas de las cuales siete correspondieron a alcoholemia positiva y dos por falta de documentación. Además se retuvieron ocho licencias de conducir”.

Es decir, que se paró a centenares de conductores durante horas en cada una de las dos jornadas del fin de semana y de esa totalidad, solo siete casos dieron positivo. Estaba claro que la mayoría iba con un conductor designado, como los mismos inspectores comentaron a varias personas que debieron someterse a los controles de rutina.

Entonces, sobre la marcha, ¿no era más práctico ir dejando pasar vehículos y controlar al azar? En vez de estar parando uno por uno, a los automovilistas que por allí circulaban. A veces, a la aplicación de las normas, hay que añadirles el uso del sentido común.

Entre otros reclamos, se comentó que después de las 23 horas, efectivos policiales le pedían a la gente todavía con bebidas con y sin alcohol en sus vasos, que comiencen a retirarse así podían irse a sus casas. Cuando en realidad, entienden que lo que se debiera hacer, es pedirle a los puestos de venta que no comercialicen más sus productos y no a la inversa.

Por el lado de la organización del evento, la crítica más reiterada, se dio a partir del cobro de la entrada. Muchas personas interpretaron por lo que señalaba el afiche promocional del mismo, que el ingreso era gratuito y para quien pudiera, estaba la posibilidad de colaborar con alimentos no perecederos.

Sin embargo, cuando llegaron al lugar, se encontraron que el ingreso por persona, incluso, para menores de edad -que no beben alcohol-, era de cien pesos.

Las críticas se dieron dentro del contexto de un evento que en términos generales salió muy bien, tal vez con aspectos a mejorar por ser su primera edición, pero que sin dudas tendrá que corregir los puntos que más críticas tuvieron, para que el éxito esté asegurado en el futuro.

Diego Llorente

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