09/01/2019

Arranca la segunda edición del Minifest

Arranca la segunda edición del Minifest

Valentina Gallo y Brisa Krienke organizan la continuidad del “casi delirio” que pergeñaron en 2018. Una sucesión de talleres, intervenciones y funciones que erigen a la ciudad como un epicentro de la actividad en el interior del país.

Entre el 10 y el 15 de enero (de jueves a martes), se desglosará el programa del Minifest – Festival de Danza Contemporánea, en su segunda edición consecutiva. Las seis jornadas se animarán de talleres, funciones e intervenciones en distintos puntos de la ciudad. Las actividades se llevarán a cabo en la Escuela Municipal de Arte La Llave, en el Centro Cultural Puentes (Rivadavia 547) y en el Dojo del barrio Casa de Piedra (Calle 17 – 816).

Compartieron instancias con El Cordillerano Valentina Gallo y Brisa Krienke, jóvenes cultoras de la danza contemporánea y nervios motoras del asunto, que renovaron su impulso a partir de la buena cosecha que recogieron en 2018. “Quedamos realmente muy contentas, la gente muy agradecida y los profesores también, muy contentos de estar acá. Suma mucho que el lugar sea tan hermoso para que quieran venir a disfrutar. No tengo nada malo para decir del año pasado”, arrancó la segunda. “Fue el empujón perfecto para decir, bueno: de acá, para arriba… Para abajo, para la derecha o para la izquierda, pero seguimos. Fue tremendo”, sumó Gallo.

A tal punto que “creció el Minifest, ya le queda chico el nombre, quedó como anecdótico”, explicó Krienke. De cara a la inminente edición, “hay más gente interesada, durante todo el año nos escribieron porque querían venir a dar clases, hacer obra o participar de los talleres. Tenemos nada más y nada menos que ocho docentes en esta edición, así que va a ser un gran festival”, aportó su compañera.

La buena repercusión no se debe sólo a que Bariloche sea un lindo lugar. “Nos conocemos todos, somos ex compañeros, amigos, algunos han sido profesores nuestros y saben más o menos por dónde vamos y cuál es nuestra búsqueda. Ellos están en algo parecido y les encanta que estemos gestionando algo en el interior del país”, explicó Krienke. “Hay algo de mover danza a otros lugares de la Argentina para que no pase todo en Buenos Aires y eso llama la atención”, justificó Gallo.

Esa intención hace que “las mismas personas o actores de la danza de Buenos Aires se pregunten un poco por qué estamos todos pegoteados acá, uno al lado del otro (risas). La convocatoria realmente llama y la experiencia más el resultado del año pasado, motiva. Creo que en 2018 no estaba la expectativa de parte de ellos, de decir: bueno, qué salga bien. A ver cuánta gente viene… Creo que fue un encuentro amistoso, cariñoso, de mucho amor para construir desde ese lugar y eso hace que siempre queramos un poco más”, proclamó la bailarina.

Intensa programación 

En 2018, las organizadoras pergeñaron la primera edición del Minifest en apenas dos semanas. “Algunos de los profesores que vinieron el año pasado, vuelven. A los que primero invitamos fue a los que ya habían venido porque nos habían apoyado en ese casi delirio y bueno, vuelven contentos”, corroboró Krienke. El grupo organizador se completa con Mabel Paredes y Facundo Monasterio, más Nano Mercado en “la técnica de luces”.

En cuanto a su desarrollo, “vamos a empezar con una hermosura, una clase que va a ser un laboratorio al aire libre en Los Coihues, guiado por Soledad Gutiérrez. Se llama Una fiebre de ti mism@ (de 17 a 21). El segundo día arrancamos con talleres a la mañana (Mover la música, desde las 11 con Carmen Numer) y a la tarde (Imaginar-percibir-transformar-inventar, desde las 14 con María Kuhmichel y Alejo Wilkinson) en La Llave y a la noche, función (Abrazo al tigre, desde las 21:30 con Lucía Mouján). Así vamos a estar viernes y sábado y el domingo, vamos a tener intervenciones en el Centro Cívico (desde las 17 a las 20) y a la noche funciones (“¿Cómo escuchar la piel?”  y “Al borde”, de Martín Gil y Alejo Wilkinson respectivamente, desde las 22). Este año sumamos como espacio al Centro Cultural Puentes, que abrió sus puertas. El sábado tenemos una jam de contact en otro espacio que sumamos: el Dojo de Casa de Piedra (entre las 19 y las 22). Estamos recontentos porque ya hay ahí una movida de jams de danza, así que está bueno sumarnos a lo que ya sucede”.

Al comienzo de la nueva semana, “el lunes también habrá taller a la mañana (Aprovechar la pendiente, con Lucía Fernández Mouján, desde las 11), taller a la tarde (Contempo, impro y breaking, con Mariela Puyol y Facundo Nieto, desde las 14) y a la noche función en Puentes (“Hicieron lo que tenían que hacer en ese momento”, con Puyol y Nieto). Y el martes, vamos a hacer el gran cierre que hicimos el año pasado, que fue maravilloso. Este año, lo nombramos Montonazo, nos vamos a juntar todos los profes más algunos músicos de Bariloche, como Santiago Rapoport y la baterista Carola Zelaschi, que viene de Buenos Aires. Nos juntamos un montonazo de gente para hacer cosas (desde las 21:20 en La Llave)”. Una vez más, la ciudad dejará que la danza contemporánea, la tome por asalto.

Lugar de referencia 

Tanto Valentina Gallo como Brisa Krienke, tomaron nota durante 2018 de las gratas consecuencias que dejó el primer Minifest. “En materia de danza, puedo decir que yo doy clases de danza contemporánea, di clases todo el año en Bariloche y después del festival se sintió, claramente”, señaló la primera. “Vino mucho más gente a tomar clases, porque había venido al festival o porque había visto la difusión o se había enterado. A mitad de año también organizamos un seminario con una docente de Buenos Aires que directamente, nos llamó para convocarnos como organización”.

El avance es considerable. “Eso es muy lindo: poder ser referentes de la danza, hacer un espacio, que se sepa que estamos acá y que nos interesa generar y gestionar, como un camino posible también de trabajo y búsqueda para nosotras”, sumó. Según su compañera, “a veces, es difícil llegar a la gente y los círculos se cierran, pero al estar todo el año generando, se van abriendo y es increíble. Ahora ya hay más gente para decirle: mirá lo que vamos a hacer”.

La concreción del festival tiene importancia central para las organizadoras. “Particularmente a nosotras dos, es como si fuese súper necesario y vital para seguir viviendo acá. Es como encontrar dos cosas hermosas: la vida en Bariloche, que para nosotras es muy importante, y al mismo tiempo, lo que nos gusta hacer”, consideró Gallo. También implica “no dejar de estudiar, de actualizarnos, de compartir”, afirmó Krienke. Además, “gestionar tiene esa cosita en la panza que después deja coletazos maravillosos. Es un impulso para nosotras como hacedoras de la danza”, completó Gallo. Y para la sociedad toda.

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