31/03/2018

¿Borramos Facebook o no?

Sebastián A. Gamen

Esta es la pregunta que muchos se hacen y otros directamente han dado de baja sus cuentas, luego del escándalo de Cambridge Analytica y Facebook. #deletefacebook es la consigna.

Un breve resumen de lo sucedido, dice que Facebook facilitó información de 270 mil usuarios a la empresa de Aleksandr Kogan que desarrolló la aplicación “This is your digital life”, pero en realidad esos 270 mil usuarios abrieron las puertas de la información pública de otros 50 millones de usuarios, y en verdad esa información no se usó para desarrollar la aplicación, sino que la vendieron a Cambridge Analytica que a su vez la usó para vender marketing a políticos y convencer a las personas a que voten a sus clientes, Donald Trump por ejemplo. Todos esto derivó en un escándalo que abrió diferentes aristas.

La primera de ella es que muchos se dieron cuenta que las redes sociales tienen información, demasiada. Algo que no es nada nuevo, y mucho menos de escandaloso. Las redes sociales tienen todos los datos que uno les da, ni más ni menos. Viendo el perfil de nuestros contactos no es muy difícil darse cuenta que la información que se les da a las redes sociales es muchísima.

Otro escándalo que estalló fue que Facebook tiene un pésimo manejo y cuidado de la información de sus usuarios. Nada nuevo bajo el sol. En 2010 una investigación de The Wall Street Journal denunció que Facebook entregaba los nombres de usuarios e incluso los de sus amigos a las empresas publicitarias y de rastreo informático. En el año 2011 Max Schrems denunció a la red social acusándola de guardar toda su información, incluso las cosas que creía haber borrado. En 2012 Facebook fue demandado ante la Corte Federal de San José, California, por hacer seguimiento de forma ilegal a sus usuarios, incluso después de haber cerrado sus cuentas. En 2014 Facebook compra WhatsApp y se adueña de los datos personales de los usuarios de esta última, que terminó con la aplicación de multas por parte de la Agencia Española de Protección de Datos y la Comunidad Europea entre otros países y organismos internacionales. En 2015 Europa declara nulo y por consiguiente ilegal la transferencia de datos de sus ciudadanos a EEUU. En 2017 la empresa fue multada por la Agencia Española de Protección de datos en atención a que Facebook ha estado recabando información sobre ideología, sexo, creencias religiosas, gustos personales o navegación y utilizándolos con fines publicitarios sin obtener el consentimiento de los usuarios. Ese mismo año Alemania denunció a Facebook por estar actuando de forma abusiva al permitir que las personas usen su red social si aceptan la recopilación de todo tipo de datos de usuarios de sitios y subsidiarias de terceros como WhatsApp o Instagram. Como se puede observar una larga lista de denuncias, que se repiten en varios países, contra la red social más famosa del mundo.

Otro costado de todo esto es que con la información recabada de los usuarios se tiene el poder de cambiar una elección presidencial o una consulta popular vital, como fue el “Brexit”. Quizás sea este el punto más crítico, y el más novedoso para el ciudadano común. ¿Acaso no usaban mi información para enviarme publicidad? Si, ese es uno de los negocios que persigue tu información. Pero con el big data todo cambió. No solo puedo saber que te querés comprar un televisor y enviarte publicidad de televisores. También puedo convencerte de comprar una determinada marca y modelo de televisor. Ahora pensá en la política y en los políticos como productos del marketing.

Fue en las elecciones de 2000 y 2004 que el asesor de G. W. Bush, Karl Rove usó bases de datos gigantescas de los electores, para fragmentar y activar una propaganda electoral individualizada para cada potencial votante. Es decir, hace casi 20 años que se usó la información para intentar convencer a los votantes indecisos. Ahora los datos que hay son muchos, y ello redunda en una mayor precisión lo que permite resultados exitosos en un porcentaje escandaloso, al punto de permitir manejar el resultado de una elección con holgura.

En resumen, lo que sucedió con Cambridge Analytica no es novedoso, no es escandaloso, ni será el final de esta historia. La recopilación de datos seguirá, el uso y la venta de esa información no se detendrá, y el uso político será casi inevitable.

Ahora bien, ¿#deletefacebok o no? Antes de responder esa pregunta cabe recordar que los usuarios que entregaron sus datos voluntariamente fueron 270 mil, y abrieron la puerta de la información de otros 50 millones de usuarios. Ello nos hace pensar que tan grave como no cuidar tu información es descuidar la de otras personas. Salir de Facebook implica justamente perder el control de tu propia información, de los datos que tienen otras personas sobre ti. Lamentablemente, hay empresas que solo funcionan en monopolio, y el hecho que vos no estés no hará otra cosa que excluirte y marginarte de un mundo hiper conectado. Cuando hablamos de salirte de Facebook, implica salirte de Instagram, de WhatsApp, de Twitter y del mundo digital. De lo contrario, lo único que estás eligiendo es quién utilice tus datos, sin cambiar mucho tu suerte.

La conclusión entonces sería que puedes registrarte en las redes sociales, puedes usar Facebook si lo deseas pero siempre lo debes hacer con responsabilidad, nunca exponiendo tu vida privada e información personal, manteniendo la soberanía de tu intimidad, y controlando siempre tus configuraciones de seguridad y privacidad.

Sebastián A. Gamen
Profesor - Abogado especialista en Derecho informático y TICs.
www.sebastiangamen.com
[email protected]
Twitter: @technolaw_ok

Sebastián A. Gamen

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