14/04/2018

Lo que colma el vaso, injusticias de los agentes municipales de Tránsito

Señor Director

 

¿Se le ocurre a alguien algo más que ande mal en el municipio de San Carlos de Bariloche? Atolladeros diarios en el tránsito, cierres de las pocas vías de comunicación que cruzan la ciudad, estado deplorable de las pocas calles asfaltadas, intransitabilidad de las calles de tierra, cables pasados por doquier, sin orden, sistema eléctrico inestable, sin gas, altos niveles de delincuencia, asesinatos, robos... ahh sí, pero si te estacionas mal o tomás una calle en contramano estás frito, taca taca.

Hoy la situación colmó mi paciencia. Siendo vecino del km 8.5 de Bustillo, y sufriendo el “gran derivador” del cruce, veo frecuentemente los inspectores municipales apostados cerca del semáforo descorticado que “ordena” el tránsito del lugar. Habiendo renovado un par de carteles de contramano en la calle que une el desvío al Catedral con la zona de comercios y que corre paralela a Bustillo, se dedican a multar a los vehículos que no ven dichas señales y la toman en contramano. Para mi sorpresa, descubro que los mismos hacen acepción de personas, no aplicando la ley igual para todos. El sábado 14 de abril al mediodía veo una decena de motoqueros, con importantes máquinas haciendo la habitual contravención, pero que los inspectores viendo la fragante infracción, no hacen nada...  Al decirles la bestial injusticia que acababan de cometer, se retiran del lugar diciendo que eleve una “nota” de queja.  La injusticia es lo que completa el panorama de las cosas que andan mal en este municipio.

Como propósito de esta nota, no es elevar una queja, sino llamar a la reflexión a los lectores. ¿Es culpa del intendente o los concejales esta situación deplorable? Quizás es su responsabilidad, pero si no pueden cambiar nada, el enojo hacia ellos es inútil. En 18 años que vivo acá, nadie ha podido hacer nada, sea del color político que sea... el único factor común que veo, es la inoperancia de las cúpulas del plantel municipal que no cambia y el egoísmo de los empresarios que no dejan nada en esta ciudad tan rica. ¿Y? ¿Qué se hace, o se puede hacer?

Honestamente no sé, propongo pensarlo, discutirlo... y entre tantas discusiones que no lleven a nada, es probable, tengo la esperanza, que alguna pueda llevarnos a empezar a cambiar.

Fernando A. Sánchez 

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