Un albañil de 35 años fue condenado a la pena de un año de prisión en suspenso, en el marco de un acuerdo pleno de juicio abreviado en el que admitió los delitos de daño simple, violación de domicilio, lesiones leves calificadas por el vínculo, lesiones leves doblemente agravadas por el vínculo y contexto de violencia de género, amenazas simples, lesiones leves doblemente agravadas por el contexto de violencia de género y por el vínculo, amenazas agravadas, violación de domicilio y resistencia a la autoridad.

El acuerdo suscripto por el propio acusado, contó con el aval de su defensora oficial, Blanca Alderete, e implicó el reconocimiento de los delitos que le reprochó el fiscal Gerardo Miranda.

Precisamente, le atribuyeron un hecho ocurrido el 23 de diciembre de 2022 aproximadamente a la hora 15, cuando se presentó en inmediaciones de la vivienda de su expareja, e ingresó al predio. Allí golpeó con las manos la ventana del baño, provocando la rotura e ingresó a la vivienda para comenzar a agredir a la víctima, tomándola del pelo, al tiempo que también agredió a su hija de ocho años, cuando la pequeña quiso defender a su mamá.

En la misma escena el acusado le arrebató el celular a la mujer y lo arrojó contra el suelo provocando su rotura, al tiempo que tomó el dinero en efectivo que la mujer tenía en la billetera y en una alcancía, para finalmente huir, mientras la víctima logró refugiarse en la casa de un vecino. Todo ocurrió en un contexto de violencia de género, con antecedentes de violencia física y psicológica.

Además, le atribuyeron otro hecho ocurrido el 1° de enero de 2024, en horas de la madrugada, cuando el acusado nuevamente se presentó en el domicilio de la mujer, logró ingresar a la vivienda y golpeó a la denunciante con una varilla de madera.

Cuando intervino el hermano de la víctima y la policía, que arribó al domicilio, el acusado procuró agredirlos hasta que finalmente fue reducido y trasladado a una dependencia policial, mientras profería insultos y amenazas para todos.

Finalmente, acordó la pena de un año de prisión en suspenso con dos de pautas de conducta que deberá respetar por dos años para mantener la condicionalidad de la pena y evitar ir a prisión efectiva.