La Inteligencia Artificial (IA) asombra. Logra proezas en imágenes, textos y videos con solo sugerírselo de manera rápida y precisa. Abre una esperanza en la búsqueda de soluciones como la cura de enfermedades, desarrollo en medicamentos, reducción de polución, mejora en la producción de alimentos entre una infinidad de campos de acción. Hay quienes aventuran que podrían impartir justicia siendo ecuánimes e implacables. En las artes dejan su patina por la falta de alma, de humanidad, aunque no dejan de sorprender los resultados. Pero también asusta: pueden ser peligrosa para la humanidad al no tener escrúpulos, ni moral.

Hace unos días empleados de Google, la mayor empresa tecnológica del mundo, hicieron una protesta en las sedes de Nueva York, Seatle y Sunnyvale (California). La razón era el convenio firmado en 2021 con el gobierno de Israel por mil doscientos millones de dólares para acceder a Nimbus (“nube”), un servicio a almacenamiento de datos de manera virtual. La empresa asegura que no hay relación con desarrollos bélicos, ni objetivos militares. Sin embargo los sitios de información independiente +972 (periodistas israelíes y palestinos) y Local Call dan cuenta del desarrollo de un software denominado Lavender que permite identificar la ubicación de personas, analizando el movimiento de más de dos millones de palestinos en la Franja de Gaza, y al parecer evalúa la posibilidad que sean o no militantes de Hamas. La revista Time suministro pruebas de la vinculación de Google con el Ministerio de Defensa israelí.

Zelda Montes era ingeniera en software de You Tube hasta que fue despedida junto a otros 27 trabajadores por participar en la manifestación. Todos ellos pertenecen a un grupo llamado “No Tech for Apartheid” (No hay tecnología para el apartheid) que está integrado por judíos y musulmanes pacifistas. “Estoy decepcionada por lo malvado que puede ser Google, pero no sorprendida. Están más indignados por los empleados que se sientan pacíficamente que por cómo su tecnología está asesinando gente” dijo Zelda. Google solo respondió que la mayoría de sus empleados hacen lo correcto. Uno de sus verdades corporativas (principios) es “Puedes ganar dinero sin hacer el mal”, ¿será así?

En pleno Silicon Valley empresas como Amazon, Meta (Facebook), Apple y además de Google, empiezan a tener este tipo de incidentes. Sus empleados son conscientes que la IA se les puede ir de las manos con consecuencias catastróficas. Israel merece vivir en paz sin amenazas, Palestina también.

Zelda se graduó como licenciada en Ciencias de la Computación en la Universidad de Yale, colaboró con la difusión de las tecnologías digitales para ciudadanos marginados, estudia una Maestría en Humanidades Digitales en el CUNY Graduate Center. Ella quiere que la nube no desencadene la peor de las tormentas, un cumulonimbus.