Emiliana Rickenmann es colombiana, tiene veintidós años y estudia relaciones internacionales en Suiza, donde forma parte de BreakFree, la agrupación de defensa ambiental que invitó al werken (vocero) de la Coordinadora del Parlamento Mapuche-Tehuelche de Río Negro, Orlando Carriqueo, a una gira por diversos países europeos.

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La joven es la encargada de coordinar las actividades que tanto Carriqueo como las otras personas convocadas (la abogada Mariana Katz, quien integra el Servicio Paz y Justicia, entidad fundada por el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel; y la líder sindical agrícola María Carolina Llorens, parte de Vía Campesina Argentina) desarrollarán en Suiza, Italia y Bélgica.

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Cuando se le consulta sobre el origen de BreakFree, Emiliana cuenta que se trata de “un colectivo que se formó en 2016 en Ginebra, Suiza, que lucha por la justicia climática, sobre todo contra las inversiones en proyectos extractivistas, en especial en lo que hace a los combustibles fósiles que son financiados por bancos suizos”.

“También nos enfocamos en la justicia de las comunidades y los pueblos que se ven afectados por los proyectos extractivos, tenemos un eje de cooperación y de solidaridad”, señala.

“Partiendo del objetivo solidario con las poblaciones afectadas por proyectos que son financiados por bancos suizos, BreakFree participa de varias campañas, especialmente una que se llama la Coalición Global de los Pueblos Frente al Extractivismo, que se formó el año pasado y consiste en defensores del territorio y el medioambiente que luchan contra multinacionales en todas las partes del mundo. Así, hay muchas personas de América Latina, entre ellas, dos de Argentina, que trajeron la preocupación del fracking en Vaca Muerta y nos dieron el contacto de Orlando Carriqueo”, explica la joven al referirse a la convocatoria del líder mapuche.

La activista detalla que la fecha del viaje (la delegación argentina, con Carriqueo a la cabeza, ya está en Europa, y permanecerá hasta el 3 de mayo) tiene un porqué: “En estos momentos hay varios eventos claves en la lucha contra las políticas extractivas”, apunta.

Emiliana indica que, con las invitaciones, si bien se procura mostrar “la perspectiva mapuche del extractivismo”, también se pretende hablar “de los problemas de los campesinos y la agroindustria, vinculándolos a la situación política que se vive en la Argentina”, con un nuevo gobierno que tilda como “de extrema derecha”.

Igualmente, aclara: “Nuestro interés es que los visitantes puedan promover e impulsar lo que a ellos les interesa, no queremos imponer nada”. De esa forma, da a entender que la idea no es limitar a quienes viajaron, más allá de haber delineado ciertas actividades que, desde BreakFree, consideran que pueden ser útiles para los fines pretendidos.

En ese punto, remarca que existe la posibilidad de “conversar y negociar con los bancos" que financian a las empresas que actúan en la Argentina. "Se reunirán y verán qué se puede hacer. En ese sentido, tener una persona que pueda hablar desde lo legal, como Mariana Katz, puede ayudar a que la gente cambie un poco su forma de ver las cosas”, opina la joven.

“Queremos que denuncien lo que consideren necesario. Nosotros no estamos en una posición de imponer nada, sino que damos las herramientas para que hablen con las personas responsables para presionarlas de una forma más directa. Trabajamos sobre todo en la logística, para que transmitan su mensaje”, manifiesta.

“Nuestro objetivo es informar a la población suiza lo que está pasando, lo que las empresas y sus bancos están haciendo en la Argentina. Tendremos conferencias públicas donde podrán hablar y mostrar lo que sucede, para que las personas vean que no es una situación alejada y que al final hay una responsabilidad directa, y que ellas pueden hacer algo presionando a los bancos y a los políticos”, suma.

De esa manera, explica que la intención de BreakFree “es actuar en solidaridad y cooperar con las poblaciones afectadas”. Y resalta: “La mejor manera de hacer eso es que estas personas vengan y puedan mostrar lo que viven”.

“Nosotros no tenemos la legitimidad de hablar de sus luchas, pero sí contamos con la oportunidad de que quienes están directamente afectados puedan venir y denunciar directamente con las personas responsables”, considera.

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“No podemos hablar aquí de justicia climática sin tener en cuenta lo que pasa en el sur global, con los pueblos que sufren las consecuencias de las empresas y de los combustibles fósiles”, concluye Emiliana.