En una emotiva solicitud que conmovió al fuero de Familia de Viedma, una joven mayor de edad buscó oficialmente agregar un segundo nombre a su Documento Nacional de Identidad (DNI), uno que refleje la identidad con la que ha sido reconocida por más de una década en su vida cotidiana.

La petición judicial fue presentada con el objetivo de incluir el nombre de su abuela paterna, a quien describió como "una mujer fuerte en sus convicciones y cariñosa", destacando su papel fundamental en su crianza y formación de personalidad junto a su abuela materna.

El deseo de la joven de llevar el nombre de su abuela se remonta a su infancia temprana, donde ya en la escuela primaria, enfrentando situaciones de acoso escolar, expresó su anhelo a sus padres y amigos. Este deseo se hizo más evidente al comenzar la secundaria, donde todos comenzaron a llamarla por el nombre de su abuela, incluso reflejándolo en sus redes sociales y en su campera de egresados.

La jueza de Familia de Viedma consideró en su sentencia el artículo 69 del Código Civil y Comercial, que establece que el cambio de nombre solo procede en caso de "justos motivos". En este caso, la jueza reconoció la identidad notoria de la joven con el nombre de su abuela, respaldada por evidencia en capturas de pantalla de redes sociales y la foto personal con su campera de egresados del nivel secundario.

En consecuencia, la jueza falló a favor de la solicitud de la joven, permitiendo la adición del segundo nombre en su DNI. Esta decisión refleja una comprensión sensible de los derechos individuales y la identidad personal, reconociendo el profundo significado que un nombre puede tener para alguien y su comunidad.