Durante mayo de 2021 se vivió una situación que puede calificarse de extraña en una zona cercana a la Playa del Viento, a metros de la desembocadura del arroyo Casa de Piedra, que ahora parece revivir como un eco que ha atravesado el tiempo.

Aquella vez, David Gallegos, un hombre que se dedicaba a hacer cabalgatas y changas en Villa Los Coihues, se había asentado con su familia en una casilla precaria, lo que llamó la atención de los vecinos.

Alegaba tener un permiso del “propietario” del lugar. La referencia era a Valentín Robles, quien dice ser el dueño de esos terrenos (ese territorio siempre se había considerado perteneciente al Estado nacional, bajo guarda del Ejército Argentino).

La aparición de Gallegos, junto su esposa, una hija y un sobrino, además de algo más de diez caballos, sembró muchas dudas.

En el sector, las jurisdicciones casi se chocan, ya que del lado del lago Moreno es una cuestión municipal, las parcelas en sí son asunto federal, y la ruta que surca uno de los contornos es provincial.

Ante el asentamiento, actuó, por parte de Nación, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), dependiente del Ministerio de Seguridad, que se hizo presente para asegurar que nadie más entrara. Los que ya se encontraban allí tenían la posibilidad de salir y reingresar, pero sin traer ningún elemento, incluidos abrigo y comida.

Frente a ese panorama, y tras una arremetida de mal clima durante varias jornadas, el viernes 28 de mayo de 2021 Gallegos decidió partir junto a su sobrino (la mujer y la hija ya se habían retirado el día anterior).

“No podía llevar comida para mis animales, ni el combustible del grupo electrógeno… Tampoco algo para asegurar el lugar donde dormíamos”, había dicho el hombre tras retirarse. “Me fui por miedo a enfermarme…. Hacía mucho frío, y las frazadas estaban empapadas; no me quedaba comida… Cuando me levantaba, apenas tomada dos mates lavados porque ya no había ni yerba”, completaba.

El asunto es que, una vez más, hace unos días Gallegos se instaló en el sitio.

Guardaparques municipales, en un recorrido de rutina, tras escuchar ruidos y percibir movimiento, se acercaron y constataron la presencia del hombre y su familia en un claro del bosque, espacio que dijo estar ocupando porque se trata de “un terreno que le cedió Valentín Robles”.

Los inspectores dejaron registrado que observaron un campamento “con perros, pollitos, caballos y una tapera de madera”. Asimismo, destacaron que había “un fogón encendido”.