Tocó en Trevelin un par de semanas atrás, en el contexto de un proyecto de la Secretaría de Gestión Cultural. Este año dio a conocer “Resuena sureña”, un EP que ratifica su identidad musical.

Camila Warner participó de “Fronteras” un proyecto de la Secretaría de Gestión Cultural de la Nación, que sonó en Trevelin (Chubut) dos semanas atrás. La cantautora barilochense llamó la atención del sector cultural nacional, a tal punto que horas atrás, se subió a la página web del Ministerio de Cultura de la Nación una entrevista que concediera, a propósito de su reciente presencia en la localidad chubutense.

Por su parte, “Fronteras” tiene como cometido “revalorizar la cultura de las zonas fronterizas y reivindicar las identidades de las diversas regiones del país”. En ese contexto, la barilochense que profundiza su trayectoria artística en Buenos Aires, no dejó lugar a dudas: “soy mujer, soy sureña, soy de la Patagonia y soy cantautora. Con mi voz hablo del lugar de donde vengo”, proclamó.

Nuestra vecina nació en esta ciudad apenas 38 años atrás y en los últimos tiempos editó dos registros: el CD “Sureña” y el EP “Resuena sureña”, ambos disponibles en plataformas digitales. La web de Cultura reparó en la letra de “Somos”, una de sus canciones emblema: “Somos el desierto tristemente conquistado / somos el silencio más reciente de la historia / somos el destino más feliz del egresado / somos un verano sin Santiago y sin Nahuel”.

Importante que se escucharan esas estrofas en el contexto de un programa nacional, que “a través de intervenciones artísticas y culturales en zonas fronterizas de la Argentina, pone en relieve la importancia política, histórica y cultural de los territorios limítrofes y reconoce a las fronteras como parte de un entramado cultural que supera los límites establecidos por la división política”.

En charla con colegas, Camila recordó su paso por el Coro de Niños y Jóvenes Cantores de esta ciudad. “Eso me marcó para siempre porque, primero, a partir de ahí me di cuenta que la música era lo que realmente me apasionaba. También porque tuve una formación muy importante, con un nivel muy exigente, con muchos ensayos semanales y mucha música de altísimo nivel. A los 12 años, ya me iba de gira a otros países, cantaba con orquestas, cantábamos canciones sinfónicas corales de 40 minutos de duración”, recordó.

A tal punto fue significativa y fundacional aquella experiencia, que cuando terminó la Secundaria, la barilochense abandonó su lugar de origen para graduarse en Dirección Coral. “Un poco más tarde empezó a surgir la necesidad de hablar de lo mío, desde un lugar más individual, más propio. Y así fue como empecé a componer canciones”, que como sabemos, tienen sello patagónico.

Nada que no sepan los habituales lectores y lectoras de El Cordillerano. “En Resuena sureña, un EP de cuatro canciones que hice este año, sigue esta idea. Después se irá desarrollando la carrera y espero poder hacer cada vez cosas más lindas y poder hablar de la mejor manera de mi suelo y de la gente que lo habita. “Estoy muy conforme con mi actividad musical, porque entre mi carrera solista y mi carrera como directora coral estoy todos los días haciendo música y eso es lo que me gusta, me nutre. No veo mi vida de otra manera”, admitió Camila. De a poco, cumple los objetivos que se fijó.