En España se realizan en algunos parlamentos un minuto de silencio por las víctimas de femicidio. Es un tema que preocupa por las altas cifras, en los últimos 20 años murieron más de 1.200 mujeres, en el 2022 se superaron las 180.000 denuncias, unas quinientas por día.  Sucede que la derecha dura de ese país ha decido no participar de ese tipo de actos. Están en contra de las denominadas políticas de género en particular y del feminismo en general. Pero una cosa es apartarse para con incluirse en un homenaje y otra es burlarse. 

Así se lo recordó Yolanda Diaz (SUMAR), vicepresidenta segunda del Gobierno, a Santiago Abascal (VOX) en el último debate televisivo con vistas a las elecciones generales. “Deje de reírse de nosotras”, dijo mientras mostraba a dos diputados de VOX en Valencia riéndose durante uno de esos recordatorios.

Pocos días después Diana Morant (Socialismo), ministra de Ciencia e Innovación tuvo que solicitarle a un miembro del PP que la llame por el apellido y no por el nombre, tanto a ella como a Àgueda Micó (Compromís-Sumar), como sí lo hace con políticos varones. Se lo marco como una falta de respeto. Al instante este candidato junto a otro de VOX, cuyo antecedente fue una condena hace 20 años por violencia psicológica contra su pareja de entonces, hicieron causa común para burlarse de ambas. 

Yolanda Diaz volvió a ser blanco de otra falta de respeto cuando un candidato del PP la menospreció diciendo que “de maquillaje sabe mucho, no hay ninguna duda”. En paralelo salió un comunicado de la Fundación FAES, cuyo presidente es José María Aznar (PP), que la describen como “figurín neocomunista confeccionado a toda prisa con retales de Dior”. Quedan de manifiesto la falta de argumentos políticos y más que claro que las mujeres están más expuestas en las lides políticas.

VOX se ha opuesto a la ley del “solo si”, la ley trans y a la ley contra la violencia de género. En el debate Abascal responde “Estoy aquí defendiendo a mis hijas también, a mi mujer, estoy defendiendo a mi madre, estoy defendiendo a todas las mujeres que votan a VOX y que confían en nosotros y que usted no representa”. El resto de las mujeres no importa parece.

En pleno siglo XX, en el centro de Europa, a pesar de las conquistas y avances, estos hechos muestran el largo camino que falta recorrer para llegar a un verdadero igualitarismo. La resistencia a estos avances proviene de la derecha dura. Yolanda Diaz está dispuesta a enfrentarlos. Y a ganarles.