La actriz y su marido Fernando Sieling mantienen su vida privada alejada de las cámaras y los titulares pero, ¿a qué se dedica él?

Marcela Kloosterboer y su esposo, Fernando Sieling, conformaron una de las parejas más queridas del mundo del espectáculo en Argentina, desde que se conocieron en el año 2007. A pesar del paso del tiempo y los desafíos, su historia resiste y se ha convertido en un ejemplo de estabilidad, en una industria donde las relaciones sentimentales suelen ser muy efímeras y débiles. 

Ella, conocida por su carrera como actriz, con papeles que durante sus años de trayectoria le ayudaron a ganar un lugar importante en la escena actual, encontró el amor en un lugar inesperado: una cena entre amigos.

Allí fue donde conoció a Fernando Sieling, quien logró conquistarla casi como en una escena de telenovela: con una canción romántica mientras la miraba a los ojos. Fue este el encuentro que marcó el comienzo de una relación que perdura hasta el día de hoy.

A pesar de que Marcela está inmersa en el mundo del arte y el espectáculo y Sieling está enfocado en su carrera como empresario en el banquete de Nordelta, siendo estos dos mundos totalmente diferentes, la pareja ha logrado mantener un equilibrio que le brinda solidez a su relación. Han podido compartir momentos de alegría y dificultades juntos, fortaleciendo aún más su vínculo a lo largo de los años.

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Un aspecto a destacar es cómo ambos han sabido mantener su relación en un bajo perfil para los medios de comunicación, detalle que no es menor para una actriz de la talla de Kloosterboer, y algo que muchos de sus colegas no logran.

Aunque la actriz es una figura pública muy popular, Fernando Sieling prefiere mantenerse alejado de las luces, evitando cámaras de televisión y entrevistas. Aún así, su amor y el apoyo que brinda a su esposa son evidentes en eventos públicos, a los que siempre la acompaña.

Algo que llama la atención en la relación que llevan es la diferencia en sus preferencias alimenticias, ya que Marcela es vegetariana desde los 8 años, mientras que Fernando es un apasionado del asado. A pesar de este contraste, y probablemente otros como toda pareja, han logrado encontrar un equilibrio y nunca faltan las cenas románticas entre ellos.

Pero no son solo felices los momentos que la pareja ha atravesado, también hubo desafíos personales. Sieling, quien fue músico y rubgier, tuvo un período en el que luchó con problemas de salud mental, etapa en la que la actriz brindó su apoyo y ayudó a superarlos. Esta experiencia, sin duda fortaleció aún más el vínculo.

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