Aprende a hacer una sopa de cebolla gratinada: el clásico francés que no pasa de moda

Este plato humilde y reconfortante ha perdurado a lo largo de los siglos y sigue siendo uno de los favoritos en Europa. Aunque la receta original lleva ingredientes simples como la cebolla y el caldo, existen variaciones que le dan una presentación más elegante. Hoy te presentamos la receta de la sopa de cebolla gratinada, una opción fácil de preparar que te hará sentir como en un auténtico café parisino.

Lee también: Innovadora receta de milanesas: ¡sin pan rallado! para celíacos

La clave de la preparación

Como toda buena sopa de cebolla, debemos tener paciencia y dedicarle tiempo. Lo primero que debes hacer es caramelizar la cebolla en una cacerola grande junto con un poco de manteca y aceite de oliva. Este proceso tomará alrededor de 15 a 20 minutos, en los cuales las cebollas se cocinarán lentamente hasta obtener un color dorado y dulce.

Procedimiento

Una vez que las cebollas estén caramelizadas, es momento de agregar la harina y mezclar bien para espesar la sopa. Después, incorporamos el vino blanco y dejamos que se reduzca durante unos minutos, lo que añadirá un toque de sabor especial al plato.

Llega el momento de añadir el caldo de carne, acompañado de una ramita de tomillo y una hoja de laurel. Dejamos hervir suavemente durante 30 a 40 minutos para que todos los sabores se mezclen adecuadamente.

Mientras la sopa cocina, precalentamos el horno y tostamos unas rebanadas de pan baguette hasta que estén crujientes y doradas. Estas servirán como base para colocar la sopa.

Una vez cocida la sopa, retiramos la ramita de tomillo y la hoja de laurel, y sazonamos con sal y pimienta al gusto. Servimos la sopa caliente en tazones aptos para horno y colocamos una rebanada de pan tostado en cada uno. Finalmente, espolvoreamos generosamente queso gruyere rallado sobre la sopa y gratinamos en el horno hasta que el queso esté derretido y dorado, creando una deliciosa capa crujiente.