COMPLEJO HUINID

| 07/06/2023

Lo que el deslave dejó: tres fallecidos, la renuncia de un funcionario que aspiraba a intendente y dos imputados

Lo que el deslave dejó: tres fallecidos, la renuncia de un funcionario que aspiraba a intendente y dos imputados
Fotos: Facundo Pardo.
Fotos: Facundo Pardo.

Fue el 6 de junio de 2022.

La noticia de un deslave en el complejo hotelero Villa Huinid impactó, primero, en Bariloche; luego, en todo el país; después, traspasaría las fronteras.

Al principio, se informó sobre un muerto, tres heridos y dos personas desaparecidas.

Más tarde llegaría la confirmación de lo que se intuía, que aquellos a quienes no se encontraba también habían fallecido. Sus cadáveres aguardaban para ser descubiertos en una habitación repleta de barro, con piedras, trozos de árboles y demás…

El complejo Huinid está formado por el hotel Pioneros y el Bustillo, además de cabañas.

El deslave afectó al Bustillo un lunes. El martes, ya con todo el contorno vallado, desde el otro lado de las cintas que servían para señalar hasta dónde se podía avanzar, se veía a la subsecretaria de Protección Civil, Patricia Díaz, en un deambular continuo.

Caminaba por el exterior del edificio, hablaba con rescatistas y aguantaba el mal humor de algún turista, al que también había que tratar de comprender porque la situación desbordaba a cualquiera.

Para ese momento, el hotel estaba evacuado, los huéspedes habían sido trasladados al otro alojamiento del complejo, pero todavía aparecían algunos para retirar su equipaje, en ciertos casos ya para irse de Bariloche. Ingresaban de a uno y, en ocasiones, la espera se les hacía larga. Todo el contexto, además, estaba salpicado por el nerviosismo reinante, que solía derivar en reacciones irascibles.

Díaz hacía lo humanamente posible para comprender y no exacerbarse ella también, aun cuando las actitudes de un puñado de turistas eran dignas de irritación. La funcionaria, tras una noche tristemente inesperada, venía de dormir menos que poco.

Los periodistas observábamos que, así como estaban los irascibles, también se veían viajeros que mostraban buenos modos y comprensión ante una situación que resultaba difícil de racionalizar.

Para rastrear la historia de las víctimas hay que dirigirse a tierra charrúa. Gerardo Casella, exgerente del Banco Hipotecario de Florida, Uruguay, había ganado, en su país, el Gordo de Fin de Año de 2020, que equivalía aproximadamente a cuatro millones y medio de dólares. Más allá de inversiones inmobiliarias, el hombre pensaba en un viaje como forma de festejo. La pandemia puso freno a la idea, que recién pudo concretarse en 2022: él y su esposa, Alba González Giovanelli, junto al cuñado, Víctor González Giovanelli, y su mujer, Ana María Marturet, se alojaron el lunes 6 de junio en las habitaciones 105 y 107 del hotel Bustillo del complejo Huinid.

Antes estuvieron en San Martín de los Andes. Incluso postearon imágenes en sus redes sociales, donde se los observaba disfrutar del viaje más allá del frío reinante.

En Bariloche, se registraron en el hotel a las 14.30 de aquel 6 de junio fatídico.

A  las 18.25 ocurrió lo impensado. Patricia Díaz lo notificaba así: “Se desencadenó un corrimiento en masa, mal llamado alud, por una filtración de agua por debajo de unos gaviones que estaban sosteniendo una estructura de tierra que generó un deslave”.

La subsecretaria de Protección Civil municipal detalló que el material -barro cargado de lo que encontró a su pasó– ingresó por las ventanas y afectó a tres habitaciones y el pasillo del hotel Bustillo.

Los cuartos más perjudicados fueron los de las parejas uruguayas.

A uno de los fallecidos lo encontraron rápidamente, pero los otros cuerpos recién fueron hallados durante las primeras horas del miércoles 8.

El mismo día del deslave, localizaron sin vida a Víctor González. Su esposa, Ana María Marturet, que había estado atrapada alrededor de dos horas, fue trasladada al sanatorio San Carlos. Dos jornadas después, le dieron el alta. Fue la única sobreviviente del grupo familiar.

Mientras Ana María estuvo internada, en el complejo Huinid se trabajó arduamente para saber si las personas desaparecidas realmente se encontraban allí. Porque, para ese entonces, se habían elucubrado distintas hipótesis que, más allá de una probabilidad mínima de que fueran reales, se basaban en el deseo de que un milagro rondara por Bariloche. Pero no pudo ser. En aquel momento, ninguna divinidad apareció por la ciudad.

De tal manera, a pesar de que se escuchaba hablar de la posibilidad de que los turistas se hubiesen trasladado a El Bolsón o algún otro sitio donde no tuvieran buena señal en el celular, lo cierto era que, con el transcurrir de las horas, las esperanzas se desvanecían.

Cuando todavía no habían hallado sus cadáveres, Patricia Díaz explicaba: “Necesitamos hacer la búsqueda adentro del establecimiento. Hasta ahora se estaba tratando de descomprimir la fuerza que trabaja sobre el hotel, pero nos dimos cuenta de que ese intento de descomprensión genera más movimientos de tierra. Es decir, nos percatamos de que la máquina está generando más problemas que soluciones; por eso se paró. Si siguiéramos con aquella técnica, poder lograr lo que queremos nos llevaría cinco días. Eso, en estas circunstancias, es una eternidad”.

El barro, los troncos, piedras y arbustos cayeron en la parte posterior del hotel Bustillo, y lo que señalaba Díaz, justamente, era que se había intentado ingresar por ese lado, pero, dado que el resultado no fue el esperado, hubo que cambiar de estrategia y trabajar desde el interior del edificio, ya no con maquinaria pesada, sino a mano, con baldes y carretillas.

Bomberos, personal de USAR (Urban Search and Rescue, Búsqueda y Rescate Urbano) Patagonia y miembros del Ejército trabajaron en conjunto. Fueron nueve horas de labor artesanal, donde se removieron cerca de cincuenta toneladas de tierra, escombros e incluso trozos importantes de árboles.

Vale señalar que el asunto tomó tal dimensión que, antes que los últimos dos cuerpos fueran hallados, la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, se presentó en el complejo.

Tras ingresar por Pioneros, donde se ubica el otro hotel de Villa Huinid, se reunió con la titular comunal de Protección Civil y dialogó brevemente con los periodistas, para luego bajar por la pendiente hacia la zona donde había ocurrido el deslave, justo cuando se comenzaba a operar “artesanalmente” en el rescate de los cuerpos, que serían descubiertos en la madrugada.

La situación ameritaba la preocupación de Carreras. La noticia había traspasado las fronteras.

Además, si bien era cierto que se habían producido lluvias intensas en los días previos, existía una obra en construcción en el complejo. Justamente, el barro, que arrasó con todo lo que encontró, comenzó a desmoronarse desde la ladera junto a donde se pensaba hacer una nueva edificación.

Debe señalarse que Villa Huinid pertenece a la familia Roccatagliata, vinculada estrechamente con el sector turístico.

Claudio Roccatagliata, por ejemplo, en ese momento, era el presidente de la Asociación Empresaria Hotelera y Gastronómica de Bariloche (dejó su cargo en diciembre de 2022).

El 15 de enero de 2020 la firma realizó una apuesta importante al inaugurar en Buenos Aires el Huinid Obelisco, de cuatro estrellas, con ochenta y cuatro habitaciones, en Sarmiento 1431, a una cuadra y media de la calle Corrientes y a cinco del monumento emblema de aquella ciudad.

En el sur, lejos del emprendimiento comercial porteño, para el complejo Huinid, los tiempos previos al deslave habían estado marcados por constantes reclamos de la seccional Bariloche de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA) por precarización laboral.

Pero, más allá de esos inconvenientes con el sector sindical, el complejo venía de tener intervenciones importantes en lo vinculado al turismo barilochense. Por ejemplo, en enero de 2021, en los jardines de Villa Huinid se hizo el lanzamiento de la edición veraniega de Bariloche a la Carta (BALC), con la presencia de la gobernadora, el intendente Gustavo Gennuso y Claudio Roccatagliata, entre otros.

Justamente, por la tarde del día posterior al deslave, se vio al director de BALC y la Fiesta Nacional del Chocolate, Lucio Bellora, en el hotel Bustillo, colaborando en el trato a los turistas que debieron trasladarse al otro establecimiento del complejo.

Gennuso, en ese momento, se encontraba de licencia (estaba en Alemania, en un viaje personal), así que fue el entonces jefe de Gabinete, Marcos Barberis, quien salió a brindar algo de información acerca de lo relativo a la obra en Villa Huinid en cuanto a los permisos municipales. En tal sentido, indicó que en 2013 se había aprobado un proyecto de construcción de un Salón de Usos Múltiples (SUM) de novecientos treinta y cinco metros que finalmente se comenzó a levantar durante la pandemia. Según sostuvo quien era funcionario comunal, ante una inspección en 2021, se comprobó que las dimensiones sobre las que se trabajaba eran muy superiores a las acordadas: del SUM se había pasado a un complejo habitacional de tres mil metros. Así, la obra quedó suspendida por irregularidades.

Igualmente, Barberis dio a entender que era posible que se hubiera seguido construyendo a pesar de la orden de no hacerlo, ya que se notaba un estado de avance en la labor.

Todo parecería encaminado a confirmar que el deslave no había sido por una lluvia fuerte y nada más.

Así las cosas, a su regreso del exterior, Gennuso calificó las declaraciones de Barberis como “inoportunas”.

Días después, quien se perfilaba para ser el aspirante a sucederlo renunció a la Jefatura de Gabinete.

Tras el deslave, en Huinid solo se realizaron labores de remediación, incluyendo una estructura de contención, pero la obra original continúa paralizada.

La causa judicial, debido a una prórroga –que vence en agosto– aún está en etapa preparatoria.

Hay dos imputados por homicidio culposo: el arquitecto a cargo de una etapa de la obra, Carlos Arbetman, y Claudio Roccatagliata, como propietario, al considerarse que actuó de modo negligente.

Al morir, Víctor González Giovanelli tenía setenta y ocho años; su hermana Alba y Gerardo Casella, sesenta y siete.

El complejo continúa operando en todas sus opciones, tanto las cabañas como los hoteles Bustillo y Pioneros.

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