EL HUEMUL EN PELIGRO DE EXTINCIÓN, EL PUDÚ NO TAN MAL

| 26/03/2023

¿Y en qué situación se encuentra el huillín?

¿Y en qué situación se encuentra el huillín?
La nutria endémica también tiene serios problemas.
La nutria endémica también tiene serios problemas.

La nutria autóctona de Patagonia es emblema de la zona lacustre en la que se levantó Bariloche. Resiste como puede, pero en algunos sitios ya no se encuentra.

Gracias al nacimiento de un huemul en cautiverio, recordamos a fines de febrero que el ciervo autóctono está en peligro de extinción y que solo quedan entre 350 y 500 ejemplares del lado argentino de su hábitat. La situación empujó a que El Cordillerano volviera su mirada hacia el pudú, otro animalito autóctono que la pasa mal, pero, sin embargo, su situación no es tan extrema como la del huemul. ¿Y qué sucede con el huillín, especie emblema del área lacustre patagónica?

Una vez más, se trata de una especie que hace caso omiso a las fronteras estatales. En Chile, su distribución es bastante extensa, desde la provincia de Cautín en la región de la Araucanía por el norte, hasta el estrecho de Magallanes por el sur. En la Argentina, el huillín busca refugio en las aguas cordilleranas del sur neuquino, el sudoeste rionegrino y también, en el sur de Tierra del Fuego. También hay presencia de huillines en la Isla de los Estados.

Sin embargo, su retroceso es ostensible. Dice un informe del Sistema de Información de Biodiversidad (SIB) que “antiguamente avanzaba al interior de la estepa patagónica por los ríos que descienden desde la cordillera, en Río Negro, Chubut y Santa Cruz”. El SIB es una iniciativa de la Administración de Parques Nacionales, que se consagra a la “recopilación, clasificación, ordenamiento y puesta a disposición de la comunidad, de la información de carácter biológico de las áreas protegidas bajo su jurisdicción y su posterior extensión al resto del país”.

Entonces, “en el sector continental de Argentina”, el huillín “vive en ríos, lagos y lagunas, con abundante cobertura vegetal en las orillas”. Además, “en el sur de Tierra del Fuego y Chile puede vivir tanto en cuerpos de agua dulce como en las costas marinas rocosas, en donde coexiste con el chungungo (L. felina), pero a diferencia de este prefiere sitios más reparados y calmos”.

El estatus del huillín es similar al del huemul. “Aunque normalmente es escasa, en muchos lugares” su población “fue exterminada por la caza intensiva, la destrucción del hábitat y la contaminación de los ríos”. Y así como la proliferación de perros pone contra las cuerdas al pudú, “la introducción de salmónidos parece haber impactado en forma negativa en sus poblaciones”.

Ocurre que “estos compiten con las especies nativas que integran su dieta” y a la vez, “son muy veloces” como para que los huillines puedan capturarlos. Recordemos por otro lado, que la presencia de salmónidos exóticos es relativamente reciente en términos de historia natural, ya que llegaron con la colonización que siguió a la Campaña del Desierto. Cartón lleno, más cerca en el tiempo se introdujo el visón desde Estados Unidos, que compite con el huillín por el espacio y el alimento.

Entonces, el huillín también está en peligro de extinción, según el análisis que lleva adelante la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés). Para Chile, se considera especie extinta en las regiones del Maule; Araucanía Norte y Sur; y en peligro en los Ríos y Los Lagos Norte. En tanto, revista como vulnerable en Magallanes y Tierra del Fuego.

Precisamente, en el sur del sur se puede confundir al huillín con el chungungo, pero el primero es más robusto, “su coloración dorsal es más oscura, el vientre es mucho más claro y la garganta grisácea”. En tanto, “el borde superior del rinario -zona de piel sin pelo alrededor de las fosas nasales- tiene forma de cuña. Los machos son más corpulentos. Las hembras poseen cuatro mamas”, nos dice la información del SIB.

Es difícil encontrarse con un huillín, no solo porque queden pocos, sino porque “es solitario y básicamente nocturno. De día descansa en cuevas, cavidades entre las rocas o huecos de árboles. Tiene madrigueras con múltiples entradas por tierra, pero nunca bajo el agua, que generalmente se encuentran cerca de la orilla, aunque pueden estar hasta 50 metros de la costa”, afirma los estudios.

Es movedizo: “Su área de acción es muy amplia, pudiendo recorrer unos 5 km en un día. Si bien su dieta presenta variaciones estacionales y geográficas, básicamente se alimenta de peces y crustáceos, aunque también puede consumir moluscos, aves y algunos frutos”, destaca la información. La modificación de los ambientes costeros a raíz de la expansión inmobiliaria, hizo estragos en los huillines en la zona del Nahuel Huapi.

Sobre su reproducción no se sabe gran cosa. Del otro lado de la cordillera, “ocurre entre julio y agosto y los nacimientos se producen en septiembre y octubre. Los partos ocurren en las mismas cuevas o madrigueras que usa durante el día para descansar”. Y “generalmente nacen entre 2 y 4 crías”. En definitiva, la nutria endémica de Patagonia, también está en la tristemente célebre lista roja.

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