Espera su traslado a una dependencia federal

| 02/02/2023

La soledad del lonko que soñó con ver arder el mundo

El referente perdió su magnetismo atrapado en un discurso violento que terminó por espantar a propios y ajenos.

La soledad del lonko que soñó con ver arder el mundo

Por Claudio Andrade

La primera acción verdaderamente llamativa que realizó el lonko Facundo Jones Huala después de declarar la “guerra a fuego” a la Argentina fue invadir 1200 hectáreas de la Compañía de Tierras del Sud del grupo Benetton en abril de 2015.

Jones Huala se imaginaba por entonces figurando en los libros de historia. A lo largo del tiempo su permanencia en el sector junto a un grupo de seguidores se hizo notar.

Llamó la atención de ONGs extranjeras, de turistas, de canales de Chile que lo fueron a visitar. El lonko desgranó un discurso bélico que anunciaba consecuencias para todos los que él consideraba sus enemigos.

En algún sentido, Jones Huala construía una imagen de sí mismo como mapuche revolucionario en la posmodernidad. Algo que ni siquiera habían conseguido sus socios de la CAM en Chile que para entonces llevaban décadas de exposición.

En 2017 el lonko decidió acelerar los acontecimientos. Impulsó ataques, incendios, agresiones en la Cordillera de Chubut y Río Negro y tomó una decisión arriesgada que lo dejaba en evidencia: cortar las rutas.

Era consciente de que los cortes atraería la mirada de Buenos Aires, los turistas, los empresarios y las fuerzas federales. Había funcionado en un contexto muy distinto en Cutral Co en los 90 y podría funcionar en Cushamen, básicamente la pampa de la Patagonia, desolada y ventosa.

La muerte de Santiago Maldonado en el predio ocupado trastocó todo. Los militantes que “administraban” la toma no parecían muy preocupados por Maldonado y Jones Huala esbozó un extraño agradecimiento desde la cárcel cuando aun no se sabía su paradero.

Poco a poco y quizás sin notarlo el referente mapuche comenzó a quedarse solo. La muerte y la violencia no son atractivos para la mayoría.

Las causas se acumulararon sobre las cabezas de Matías Santana y Fernando Jones Huala que también optaron por bajar su perfil y perderse en el monte.

Jones Huala fue extraditado a Chile y la organización Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) perdió poder de fuego y sentido.

La usurpación de Mascardi desdibujó la propia imagen de lucha de Jones Huala. Por primera vez en años, él no estaba al frente de una toma que llamara la atención de los medios y la gente.

Por otro lado, Jones Huala más que un usurpador se percibió a sí mismo siempre una especie de “Che” Guevara mapuche, un rocker de la Patagonia, dispuesto a todo.

Las negociaciones inmobiliarias lo incomodan. En Cushamen hubo disputas por esas 1200 hectáreas que no les pertenecían. Unos quería ubicar animales, otros cercar. Jones Huala deseaba hacer arder el mundo como un Guasón, según se desprendía de sus intervenciones públicas.

“(Los que nos trata de terroristas) son ignorantes. Tienen que leer un poco más. Yo creo que hay más violencia en las canchas de fútbol que lo que puede haber en un conflicto de tierras. Y quien no lo dice por ignorancia, lo dice porque está del lado de los intereses reaccionarios, cuidando sus quintitas. Nosotros no somos terroristas. Sí somos revolucionarios y anticapitalistas”, declaraba en 2017 poco después de la muerte de Santiago Maldonado.

Antes de ser extraditado y después de lograr la libertad en Chile, Jones Huala, recordó que la guerra a fuego continuaba en pie.

Pero el tiempo ha pasado y quienes una vez lo veneraron hoy están prófugos. Hace unas horas lo visitó la ex senadora Magdalena Odarda. Jones Huala se debate entre querer partir a Esquel a una cárcel donde se lo conoce bien o quedarse por Bariloche, su ciudad y la de su madre Isabel con la que estuvo años sin verse.

En las últimas horas apareció un comunicado del Movimiento Autónomo Mapuche de Puelmapu (M.A.P) y U.A.L de Resistencia Ancestral Mapuche.

“Denunciamos públicamente al estado argentino y chileno por la persecución política y jurídica al Lonko Facundo Jones Huala”, declaran.

“Hacemos un llamado a la gente consciente, a pu weichafe, a las distintas expresiones de resistencia, a los movimientos autonómos de ambos lados de la cordillera a acompañar y solidarizarse en el desarrollo de esta movilización ante los estados opresores, racistas y usurpadores de nuestro pueblo”, agrega.

Pero las comunidades no reconocen a Jones Huala como a uno de los propios.

“Jones Huala no representa al pueblo mapuche de ninguna manera. Tiene una condición política pero de ninguna manera representa la política que nosotros hemos trabajado y venimos reclamando”, advirtió en octubre de 2022, Orlando Carriqueo, coordinador del Parlamento Mapuche Tehuelche en Río Negro.

Hoy la soledad es su compañera.

 

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