Lee también: Las ganas de mover la fotografía regional

Once integrantes del colectivo del mismo nombre estarán presentes a través de sus obras hasta el 31 de enero. La experiencia puede complementarse con la página web que se llama igual.

Por “Ojo al sur” se puede entender que la mirada se dirige al punto cardinal donde según las cartografías convencionales, está la región que habitamos. Pero según Tonny Romano, uno de los integrantes del colectivo de fotógrafos y fotógrafas, también es susceptible de interpretarse como advertencia: prestemos atención al sur porque suceden cosas en ese rincón que, en Sudamérica, coincide con Patagonia.

La expresión también adquiere por estos días otros dos significados. Desde el jueves último y hasta el próximo 31 de enero, designa a la muestra que está a disposición del público en La Bachmann, el espacio municipal de exposiciones que regentea la Asociación de Artistas Plásticos de Bariloche. Pero en forma más estable, también es el nombre de un grupo de gente que se expresa a través de la fotografía y sus múltiples posibilidades.

De la propuesta participan a través de sus obras, Ana Escobar, Carlos Fernández, Cecilia Artero, Christian Jivelekian, Diego Fernández, Francesca Linder, Jorge Piccini, José Ernesto Garro, Marcelo Nemirovsky, Samantha Otheguy y precisamente, Romano, compañero nuestro en El Cordillerano hasta el momento de su retiro, par de años atrás. Ojo al Sur el colectivo, también reúne a otros siete fotógrafos y fotógrafas que por diversas razones, no son de la partida de la expo en curso.

Dos integrantes del grupo, entre las obras de Pepe Garro y Francesca Linder. Foto: Facundo Pardo.

Las cosas están dispuestas de forma tal que a la derecha de quien ingresa a la sala, quedarán las otras obras de Jivelekian: “Hermana agua”, Memoria y olvido” y “Okupa-ción”. La primera de ellas -la visión de un torrente- es un homenaje al pueblo armenio porque el expositor es descendiente de personas que sufrieron el genocidio. Al ladito están los retratos de Samanta Otheguy, que precisamente reproducen rostros y gestos de artistas, entre ellos, el de Ana Escobar, que también expone en “Ojo al sur”.

Marcelo Nemirovsky recortó de su serie “Azul” tomas que logró en “Maicolpué”, “Sao Paulo” y “New York”, con dicha tonalidad como elemento en común. Por su parte, Escobar comparte un auténtico trabajo de campo, que se denomina “Médico rural”. Aunque están en otro rincón del espacio, imposible no emparentarlo con las fotos de José “Pepe” Garro, de su serie “Duras manos cálidas”. También se inspiraron en escenas de la vida cotidiana en la Línea Sur.

Pero continuamos con el recorrido por el primer ambiente. En un rincón están las obras de Cecilia Artero, cuyas dimensiones son inversamente proporcionales a la magnitud de los paisajes que logró captar: El Chaltén y un ciervito. Más obras suyas están en el espacio más cercano a la calle Elflein. Por su parte, Carlos Fernández comparte trabajos de su serie “Nieblas”, los que tomó en Pilcaniyeu, en Ñirihuau y a orillas del lago.

En el pasillo que separa los dos ambientes principales están las obras de Diego Fernández, que salen del formato clásico para incursionar en el collage y en otros experimentos. Las de Romano reintroducen al espectador o espectadora en la experiencia de los paisajes o la naturaleza: “Balconeando el Gutiérrez” y “Otoñando por el Mascardi”. Unos pasos más allá, “Furia del Nahuel” fijó en la estampa esa vez que de tanto viento, el lago pareció escaparse de su cauce, entre otros trabajos.

Piccini anticipa con su participación el contenido de su próximo libro. La serie se titula “Otras latitudes” y consta de mapas que se proyectan o están impresos sobre cuerpos femeninos. Las inscripciones remiten a geografías distantes, pero hay señales o rastros de Patagonia, para no perder de vista o mejor ubicar dónde estamos, según confió brevemente el fotógrafo al que firma.

Por último, para esta reseña de El Cordillerano y nunca menos importante, hay que mencionar las obras de Francesca Linder, las únicas que se conducen decididamente al ámbito de la abstracción, si es que así llamamos a las figuras que no son fácilmente reconocibles o que no remiten espontáneamente a cuerpos tangibles en la experiencia cotidiana. La fotógrafa acompaña su “Cosmos íntimo” con un poema.

Además de muestra, colectivo y advertencia, Ojo al Sur también es una elegante página web, a la que armaron entre Sebastián Lanzi Serrot y Pablo Candamil, también fotógrafos e integrantes del grupo. Visitarla puede complementar la experiencia de visitar La Bachmann, aunque en la versión electrónica hay expositores que no participan de la expo y viceversa. Como sea, “ojo al sur”. Allí -aquí- evidentemente pasan cosas.