07/01/2023

Preocupación por el bajo nivel de vacunación en niños y adolescentes: alrededor del 60% no tiene la 1° dosis de refuerzo

Se recomienda un refuerzo luego de 4 meses porque decae la protección de la vacuna. ¿Por qué en Argentina hay baja cobertura para los menores de edad?

Preocupación por el bajo nivel de vacunación en niños y adolescentes: alrededor del 60% no tiene la 1° dosis de refuerzo

Hace un par de meses en el país hay una nueva ola de contagios por COVID-19. El aumento es exponencial y en la provincia ya dejó un saldo de 2 muertos.

Sin embargo, frente a este alarmante panorama, más del 60% de las niñas, los niños y los adolescentes del país aún no han recibido la primera dosis de refuerzo.

Esa dosis es necesaria porque, después de que se cumplen los cuatro meses de haber accedido al esquema primario, la protección empieza a decaer. Y las personas están en mayor riesgo de contraer la infección, desarrollar cuadros graves y complicaciones o padecer secuelas, que se engloban como el síndrome del COVID prolongado.

Según el subsecretario de Estrategias Sanitarias, Juan Manuel Castelli, informó que “en niños de 3 a 4 años, que tienen habilitado ya el primer refuerzo, solamente el 3% lo ha recibido”, y agregó que “en la franja de 5 a 11 años las coberturas con primer refuerzo son del 14%, y del 38% en adolescentes”.

El segundo refuerzo ya está habilitado para adolescentes de 12 a 17 años con inmunocompromiso. Pero hasta ahora sólo el 1,21% de ese grupo recibió ese segundo refuerzo.

El jueves pasado la ministra de Salud, Carla Vizzotti, se reunió con las máximas autoridades sanitarias de las 24 jurisdicciones del país acordaron iniciar la aplicación del primer refuerzo de la vacuna contra COVID-19 en niñas y niños de entre 6 meses a 2 años, 11 meses y 29 días, y del segundo refuerzo para las franjas etarias de 3 a 11 años y de 12 a 17 años.

La estrategia estará disponible a partir del lunes 9 de enero, como siempre en función de los planes de vacunación de cada jurisdicción”, aclaró Vizzotti en esta edición virtual del Consejo Federal de Salud (COFESA).

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Si bien la infección por el coronavirus tiende a ser más leve en comparación con lo que sucede en los adultos, las infancias también pueden enfermar por cuadros graves y requerir internación hospitalaria. Esto último es incluso más frecuente en niños y adolescentes que ya tienen alguna afección médica subyacente. Si ya han tenido la enfermedad, también pueden reinfectarse.

La adherencia a la aplicación de las dosis de refuerzos ha sido limitada en la población en general. Solo el 48% de la población argentina ha recibido el primer refuerzo, según el último boletín de epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación. Pero la aplicación en las infancias es incluso más demorada.

Hay varias razones por las cuales los niños y los adolescentes deben recibir refuerzos. Una de ellas es que se necesita alcanzar a la mayor cantidad de población posible para construir una barrera epidemiológica que dificulte la transmisión del coronavirus. De esta manera, lentamente el virus se volverá endémico y estacional porque aún no está controlado”, subrayó la doctora Angela Gentile, jefa de epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y miembro de la Comisión Nacional de Seguridad en Vacunas y de la Sociedad Argentina de Pediatría.

Hay que tener en cuenta que los chicos pueden quedarexpuestos al virus, en un momento en que hay alta circulación, y desarrollar el síndrome de COVID prolongado. Desde el inicio de la pandemia hasta marzo del año pasado se reportaron oficialmente 242 fallecidos que tenían entre meses de vida y 17 años en el país.

“Los pediatras reciben más consultas de casos de niños con síntomas persistentes, como fatiga general, falta de concentración, dolor de cabeza, después de que han tenido un cuadro leve o moderado de COVID-19 -comentó la médica-. Incluso ya hay trabajos publicados de que el COVID puede aumentar el riesgo de que los chicos desarrollen diabetes tipo 2″.

Para explicar el por qué de la baja tasa de vacunación, la doctora Silvia González Ayala, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica (SAIP), recordó la estrategia de vacunación pediátrica en la Argentina se inició en octubre de 2021 para niños y niñas de 3 a 11 años con la vacuna de plataforma a virus inactivado del Laboratorio Sinopharm de China.

“Hasta hoy esa vacuna no tiene el aval de la Organización Mundial de la Salud para que sea indicada en ese grupo etario. La Sociedad Argentina de Pediatría primero se opuso y a los pocos días cambió de opinión. En cambio, nuestra organización, la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica nunca estuvo de acuerdo con la aplicación de la vacuna de Sinopharm en niños porque aún no está disponible la evidencia científica que demuestre beneficios para ese grupo de niños”, dijo.

"El hecho de haber incluido a la vacuna de Sinopharm dentro de la estrategia de vacunación pediátrica colaboró para el desprestigio de las vacunas. Eso se sumó a que ya circula desinformación en las redes sociales en contra de las vacunas. Además, nunca hubo un programa de comunicación efectivo vinculado a la importancia de la vacunación”, expresó la médica, que es consultora en infectología del Hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata.

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