En el marco de un acuerdo pleno de juicio abreviado, Norberto Gutiérrez admitió haber perpetrado reiteradas estafas con la venta de viviendas y lotes y aceptó una condena de seis años y seis meses de prisión que evitó el desarrollo de un juicio convencional.

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A Gutiérrez le atribuyeron haber participado de una estructura armada con otros conocidos delincuentes de la zona y una exfuncionaria municipal, en la que desplegaron de manera conjunta y en algunos casos articulada, diversos ardides para engañar a la gente y obtener un rédito económico establecido en una cifra varias veces millonaria.

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En los meses previos el fiscal Soto además de acusar a Gutiérrez presentó cargos contra Diego Cid, Ezequiel Cid, Claudio Seguel y la exfuncionaria municipal Laura Zanonni. Se trata de una investigación ciertamente llamativa y sin precedentes en la ciudad. Una verdadera organización criminal que obtuvo jugosas ganancias a partir de una lista interminable de estafas y engaños que perpetraron valiéndose de sellos robados, firmas copiadas, documentación oficial adulterada y otros elementos, con los que indujeron al error a las víctimas.

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Una pata clave de la investigación resultó ser una larga lista de escuchas telefónicas que acreditan la participación en los hechos de todos los protagonistas, pero hay más. Porque en diversos allanamientos recuperaron gran parte de la documentación que se utilizó para engañar a las víctimas y además, varios automóviles que estos entregaron en parte de pago de las propiedades que pensaban adquirir.

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Con la resolución del caso contra Gutiérrez y la declaración de responsabilidad a cambio de una pena de seis años y medio de prisión efectiva y el acuerdo que también aceptó Raúl Ezequiel Cid en un juicio abreviado en el que fue condenado a la pena de tres años de prisión en suspenso, el caso que pintaba como complejo se resuelve de manera acelerada. De hecho Cid admitió su culpa menos de veinticuatro horas después de haber sido acusado.