Boca le ganó 3-2 a Quilmes y avanzó a las semifinales de la Copa Argentina
En Mendoza, Boca Juniors se impuso por 3 a 2 ante Quilmes y se aseguró su pase a la semifinal de la Copa Argentina. En esa instancia se medirá ante Patronato, que impidió el Superclásico contra River Plate.
Darío Benedetto, Gonzalo Morales y Luca Langoni marcaron los tantos del vencedor. El equipo de Hugo Ibarra cuidó a varios de sus hombres para la pelea por la Liga Profesional, y otros fueron baja por lesión.
Por su parte, Bonetto y Pavone marcaron para Quilmes, que dio pelea y generó varias situaciones de gol. Sin embargo tropezó, sobre todo, por la diferencia de jerarquía en las áreas.
A los cuatro minutos, dieron el primer golpe: Bonetto la clavó en un ángulo para sorpresa del Xeneize, que reaccionó rápido. A los 6′ Medina peinó en el primer palo y por el segundo apareció Pipa Benedetto, quien bajó la pelota y definió de aire 1-1.
A los 33′ Sandez desbordó por izquierda y encontró el ingreso del Toro Morales, quien firmó su primera conquista en Primera. Quilmes jugó un primer tiempo serio e incluso antes de irse al descanso forzó dos grandes tapadas de Javi García, que mantuvo la diferencia en favor de su equipo.
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Ibarra guardó a Benedetto y lo reemplazó por Langoni. A los 13′, Medina soltó la asistencia para Morales, que remató cruzado y atajó Glellel. El rebote lo capturó Langoni, que firmó el 3-1.
Sin bajar los brazos, Quilmes diagramó sus cambios para apostar a abrir la cancha. Así, a los 19′ Ruiz Díaz desbordó por derecha, tiró el centro y Pavone anticipó en el primer palo para ponerle suspenso al score: 2-3.
En el momento del mayor empuje del Cervecero, un grupo de hinchas de Quilmes comenzó a arrojar piedras a la platea de Boca y hacia el campo de juego. Por este motivo, el encuentro estuvo detenido por más de 15 minutos. Hubo oficiales heridos e incluso un miembro de la delegación del conjunto del Sur sufrió un corte en la cabeza. Lamentablemente, los incidentes le quitaron ritmo a los conducidos por Coyette, cuando tenían la chance de acorralar a su adversario.