La pandemia cambió distintos aspectos de la vida cotidiana de la sociedad y en ese marco, las clases virtuales fueron una modalidad que modificó completamente el paso de los estudiantes por las instituciones. La escuela es uno de los primeros espacios en los que los chicos y chicas aprenden a socializar y relacionarse y es en este punto, donde la vuelta a las aulas trajo un déficit que venía siendo trabajado antes de la llegada del coronavirus y que hoy es necesario retomar. Los índices de conflictividad entre compañeros vienen en aumento y los directivos y docentes deben volver a articular las estrategias para abordar esta problemática.

El director de la ESRN N° 44 dialogó con El Cordillerano respecto a los nuevos desafíos aparejados a la vuelta a la escuela en la pospandemia. Actualmente la institución cuenta con una matrícula de 266 alumnos.

“Registramos un atraso a niveles de comunicación gravísimo, porque nosotros estamos tratando de abordar problemáticas de convivencia puertas adentro y puertas afuera, pero los estudiantes están atravesados por redes sociales donde se aíslan y quedan relegados en ese mundo virtual” comenzó explicando Gabriel.

“Las redes sociales que manejaron la virtualidad fueron provocando que los chicos y chicas se encapsulen en determinadas comunicaciones y que queden los adultos de la familia y la institución fuera de esa comunicación de los alumnos” remarcó. 

“Se están soltando, ante un problema de convivencia tenemos que  intervenir en las situaciones y generar medidas como reuniones o mediadores de conflictos pero esto que antes era más fluido, ahora cuesta más implementarlo” agregó. 

“Otra situación es que los chicos tienen un atraso, antes del 2020 eran los alumnos los que regulaban el conflicto y los más grandes eran referentes de los chicos de primero y segundo año y esto tenía un impacto muy grande. Hoy hemos tenido problemas de convivencia entre chicos más adultos y la intervención es muy pasiva” expresó.

“La escuela es formativa, los chicos deben salir del colegio sabiendo que no deben usar la violencia para resolver los conflictos. Estas charlas las tenemos al inicio de las jornadas, marcando estos principios de socialización. El aprender a convivir es una de las 4 premisas básicas que establece la UNESCO” destacó. 

Respecto a la articulación con el núcleo familiar de cada alumno precisó: “El otro tema es que hay que darle intervención a los adultos. Cuando un alumno quiere solucionar las cosas sin la presencia de un adulto puede resultar mal. Esta es la parte de educación emocional, si a uno lo empuja, el otro no tiene que reaccionar igual, pero el tema es que cuando sucede, los actos que deberían ser se ven modificados por la presencia de testigos”.

Por último, el directivo precisó que por protocolo, ante un conflicto entre estudiantes se le da intervención a un adulto y a la familia. “Las dos partes tienen que tener garantizado el no salir lastimados. Hay una realidad, el estudiante no reproduce lo que ve en la tele si no lo que vive en la familia, de algún lado sale esa forma de comunicación. Muchas familias se acercan pero antes tiene que haber una evaluación, no debería ser así porque los adultos deben tener que entenderse priorizando el diálogo, pero a veces hay que citar por separado porque a veces son los propios adultos los que traen problemáticas” concluyó.