Christy Turlington sigue siendo modelo. Se caracteriza por mostrarse al natural sin maquillaje ni retoques, y por estar comprometida con diversas causas humanitarias. Tiene 53 años, está casada hace más de 20 años y tiene dos hijos.

En su primer parto sufrió una fuerte hemorragia de la que sobrevivió por estar en una buena clínica junto a un equipo médico idóneo. Unos años después, en un viaje a El Salvador, de donde era su madre, tuvo una experiencia cercana que la llevó a fundar “Every Mother Counts” (Toda Madre Cuenta).

El objetivo es mejorar el acceso a la salud de las embarazadas y reducir la mortalidad en el parto, en especial donde las mujeres son más vulnerables. La OMS estima que por día más de 800 mujeres mueren por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto.

Preocupada por este tema realizó un master en Salud Pública en la Universidad de Columbia y dirigió y produjo el documental “No Woman, No Cry”, sobre la salud de cuatro mujeres (en Tanzania, Bangladesh, Guatemala y los Estados Unidos). También dirigió el cortometraje “Every Mile, Every Mother”. Colabora además asiduamente con la organización humanitaria internacional CARE.

Sus inquietudes la llevan a estar siempre activa. Aprovechando su fama procura conseguir fondos para sustentar a las fundaciones donde colabora. Promueve la vida sana a través del yoga, corre maratones, realiza campañas antitabaco. Entre otras cosas estudió “Religión Comparativa y Filosofías del Este” para tener nuevas miradas sobre la humanidad. A cara lavada sostiene “esperamos poder empezar a influir en los cambios que se necesitan”. Se trata de no maquillar la realidad, sino cambiarla.