¿LA DANZA ES PATRIMONIO DE LA JUVENTUD Y LA DESTREZA?

| 07/09/2022

Con “Media Estación”, Descalzas Danzas cuestiona mandatos artísticos

Con “Media Estación”, Descalzas Danzas cuestiona mandatos artísticos
¿Qué pasa con los cuerpos después de décadas de "productividad"?
¿Qué pasa con los cuerpos después de décadas de "productividad"?

Crearon e interpretan la obra Adriana Mastroscello y Fabiana Carbajales, bailarinas que ya superaron “la mitad o más de la mitad de la vida”. Danza teatro en la sala de la Biblioteca Sarmiento en el Circuito Cultura Bariloche, que impulsa la Municipalidad.

¿La gente puede expresarse a través de la danza contemporánea solo cuando es joven y alcanza cierto parámetro de destreza? ¿O más bien, es posible conmover al público, aunque se haya superado la “Media Estación” y los cuerpos acusan las huellas que imprimieron mandatos económicos o laborales? Desde las 21 del viernes (9 de septiembre) en el teatro de la Biblioteca Sarmiento, el grupo Descalzas Danzas develará artísticamente la incógnita.

La propuesta que llega a su estreno comenzó a pergeñarse en 2018, entre Adriana Mastroscello y Fabiana Carbajales, “en ocasión de haber realizado con Fabi y otras personas un taller de improvisación en danza”, amplió la primera para El Cordillerano. En esa oportunidad, “produjimos un trabajo que nos gustó y fue el germen de futuros encuentros, en los que empezamos a conversar sobre qué podíamos hacer o decir en esta parte de nuestras vidas, cuando ya cursamos la mitad o más de la mitad, con este lenguaje, que tanto nos apasiona”, introdujo.

En efecto, “Media Estación” toma como eje “el lenguaje de la danza contemporánea que, a su vez, se ve modelada por el arte y técnicas de la dramaturgia, componiendo así una obra en donde, quienes dicen y se proclaman, son la corporeidad y la plasticidad articuladas de un modo propio y con un profundo sentido escénico”, dice la información que distribuyeron las involucradas entre la prensa.

En el punto de partida, Mastroscello y Carbajales se propusieron “con este cuerpo que somos hoy y con esta historia que tenemos, armar una nueva partitura en la que se ponga en juego la vida misma. Empezamos a pensar cuáles eran nuestras líneas de trabajo para construir la futura obra. Aparecieron ideas o metáforas sobre lo que representa el paso del tiempo en nuestras vidas y qué marca fue dejando, al transitar diversas experiencias, como cualquier ser humano”, puntualizó la bailarina.

En ese contexto, “como una delicada militancia, esta obra reivindica, en el lenguaje del movimiento, la heterogeneidad de los cuerpos y la singular forma que el tiempo otorga a la danza, llevándola hacia lugares más sentidos e íntimos, alejándola de las destrezas de otras décadas”, afirma el anuncio. En particular, “la cuestión del cuerpo atravesado por los mandatos sociales, el deber ser y el cuerpo como cuerpo productivo es lo que se pone en juego en parte de las escenas para después, abrevar en lo que queda de ese tránsito como resto”, ahondó Mastroscello.

Entonces, “en realidad, ¿cuál es la esencia? ¿Cuál el aspecto más vulnerable del ser? Con eso tiene que ver la obra… Trayendo a (Michel) Foucault, qué queda del cuerpo forcluido (expulsado) de la productividad”, completó la intérprete. Entonces, sobre el escenario, “dos mujeres, sus personalidades, sus pliegues, sus laxitudes, sus marcas y su piel, resisten verse privadas de decir lo que merece ser dicho y logran componerlo”.

Para la dupla “fue un gran desafío porque nos reunimos en el espacio, empezamos a buscar músicas, ritmos y formas para ir gestando lo que nos estaba ocurriendo”, ilustró nuestra interlocutora. En ese punto, fue importante que las bailarinas recibieran aportes desde el lenguaje teatral, que enriquecieron el proceso. “A lo largo de la obra trabajamos con algunos objetos muy cuidados y representativos, que simbolizan lo que queremos decir”, señaló Mastroscello.

En definitiva, “nos interesa militar la danza más allá del tiempo entre comillas lógico, porque a la danza se la consideró como patrimonio de la juventud, vinculada a determinada estética y destreza. A nosotras nos interesa poner en tensión ese aspecto y preguntar: ¿la danza es potestad de determinada estética o tiene un montón de otros contenidos que pueden conmover al público?” Si hay respuesta, una aproximación el próximo viernes.

Adriana Mastroscello y Fabiana Carbajales.

En “Media Estación”, “las sonoridades son objeto de comprensión para el espectador, que sin duda se verá convocado a una reflexión sobre el tiempo, las cosas perdidas, lo que ya no llegará o retorna, las máscaras y el despojo. No obstante, un final sensible dará el remanso por el cual, quien ve respira la posibilidad de dar cuenta que hay una etapa de la vida en la que solo nos quedamos con nosotros mismos. ¡Y ese es el regalo!”, concluyen las creadoras e intérpretes.

Las integrantes de Descalzas Danzas cuentan con la asistencia coreográfica de Giovanna Poli Faure y el asesoramiento escénico de Carolina Sorín. En “Media Estación” aportó diseño de planta de luces e iluminación Michay Fernández; el diseño gráfico es de Fabián Díaz y la fotografía, de Jorge Piccini. Las máscaras son obra de Eugenia Valente y como narradoras invitadas, participan Adriana Pucci y Margarita Salvaré. Danza y danza teatro que se expresa e inquiere.

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