El juez Gregor Joos homologó un acuerdo pleno de juicio abreviado que suscribieron el fiscal Tomás Soto, el defensor particular Pablo Calello y el acusado, Raúl Ezequiel Cid. A través del mecanismo, apenas horas después de ser acusado, se declaró culpable y cerró el caso. En consecuencia, el proceso impulsado por el fiscal Soto ya tiene a una persona condenada, dos imputados con prisión preventiva por el mismo plazo de investigación y otro en libertad, pero con medidas cautelares que debe respetar.

Raúl Ezequiel Cid (38) admitió su participación en varios de los hechos de estafa y amenazas que le atribuyeron y, apenas un par de horas después de haber sido acusado, fue condenado a la pena de tres años de prisión en suspenso. Es decir que no irá a prisión. “Comprendo todo y acepto mi responsabilidad”, dijo Cid ante el juez Joos, para que luego este último le dicte la condena

Cid fue imputado como uno de los integrantes de la organización que comandaba Norberto Gutiérrez y de la que también participaban su hermano Diego Cid y Claudio Seguel. Justamente Gutiérrez fue el primer detenido e imputado, en el marco de una pesquisa en la que también se barajó la hipótesis del narcotráfico y que demandó la actuación de Gendarmería Nacional. Le habían reprochado varios delitos y le impusieron prisión preventiva por el mismo plazo de la investigación. Entonces, como saldo de la jornada del jueves, Gutiérrez sumó nuevos hechos en su contra, que cometió en su mayoría acompañado por Ezequiel Cid, el "Jabalí", en otro por Claudio Seguel y finalmente en otros, con Diego "Jabalí Chico" Cid.

Ezequiel se declaró culpable y, apenas después, recibió una pena en suspenso, quedando sujeto a una serie de pautas de conducta de rigor por el mismo plazo de la condena. Diego Cid quedó imputado y detenido con prisión preventiva por el mismo plazo de la investigación y Seguel fue imputado, pero quedó en libertad, teniendo impedido contactar o acercarse a los denunciantes. La misma restricción le impusieron al "Jabalí", durante el lapso de la condena en suspenso.

Según la acusación, valiéndose de diversos documentos apócrifos, firmas y sellos falsos y una estrategia perfeccionada, los nombrados cometieron diversos hechos de estafas relacionados a la venta de terrenos y de viviendas del IPPV, por los que cobraron importantes sumas de dinero en pesos argentinos y en dólares o recibiendo autos y motocicletas, y finalmente no entregaron a las víctimas.

En el caso de los hechos admitidos por el "Jabalí", contaban con diverso material probatorio de singular contundencia, como documentación firmada por él, declaraciones testimoniales, escuchas telefónicas y hasta publicaciones de Facebook, en donde ofertaba a la venta automóviles entre los que, según la fiscalía, se encontraban los de los damnificados en los hechos de estafa.

Todos los casos ocurrieron en el periodo comprendido entre el 31 de enero de 2019 y el 17 de marzo de 2022. En la acusación consta que a través de una puesta en escena le vendieron un terreno a un hombre en enero de 2019, por el equivalente a quinientos mil pesos –que se concretó con la entrega de dos vehículos automotores– y unos quince mil dólares. Le cobraron tres mil dólares más para la gestión de escrituración y finalmente la víctima fue desalojada del predio ante el reclamo del verdadero propietario, la firma Los Lagos de Bariloche SRL, pues a su vez había vendido el terreno a un tercero. Consta en la acusación que cuando el comprador se presentó a tomar posesión del lote, fue amenazado de muerte por parte de Ezequiel Cid.

A Ezequiel Cid también le atribuyeron otro hecho ocurrido en mayo de 2021, cuando nuevamente indujeron al error a los interesados y, por la venta de un terreno en el barrio El Frutillar, les ocasionaron un perjuicio patrimonial. La dinámica fue idéntica a los hechos anteriores, la transacción se celebró por un total de 15 mil dólares y encuadró de nuevo como estafa en la modalidad de estelionato, siendo en la acusación Gutiérrez y Cid considerados autores.

Otro hecho fue relacionado a una vivienda del IPPV y ocurrió entre junio y julio de 2020. La víctima entregó cuatrocientos cincuenta mil pesos en mano a Ezequiel Cid.

Otra pareja fue estafada en el mes de agosto de 2020, entregaron doscientos mil pesos y un vehículo Fiat Palio Atractive 2014. Días después, en dependencias de la escribanía de Leandro Costa Brutten, entregaron otros cuatrocientos mil pesos y algunos días más tarde, otros treinta mil.

En mayo de 2020, otra pareja fue inducida al engaño: entregaron la suma de ciento cincuenta mil pesos y un vehículo Gol Trend.

En junio de 2020, otro hombre fue engañado y abonó mil trecientos dólares y entregó un Renault Clio 2007.

Entre junio y julio de 2020, una de las víctimas involucrada en los hechos relacionados a un terreno, entregó cuatrocientos mil pesos, un Chevrolet Corsa 2 modelo 2009 y un cuatriciclo Brava 250 para regalarle una vivienda a cada uno de sus hijos.

En septiembre de 2020, perpetraron otra estafa contra un hombre que pagó 650 mil pesos, que era el valor en ese momento del Ford Fiesta Kinetic que entregó.

Todos los hechos sumaron ocho cargos de estafa y uno de amenazas. Cid accedió a los tres años de prisión en suspenso y declararse culpable le permitió eludir una condena más grave que lo enviara tras las rejas. Entre las consideraciones vertidas por el fiscal Soto y el defensor Pablo Calello, las condiciones legales permitían la aplicación del instituto, ya que Cid había recibido su última condena en el año 2010.