Los jueces Marcos Burgos, Víctor Gangarrossa y Sergio Pichetto declararon responsable a Angélica Roxana Paine por el crimen de Micaela Bravo ocurrido el 23 de marzo de 2016 en circunstancias que no pudieron establecerse con precisión. En un fallo unánime concluyeron que todos los indicios presentados por la fiscalía no podían llevar a otro resultado del caso judicial.

Con el voto rector de Gangarrossa y la adhesión de sus pares, el tribunal dictó un fallo unánime en relación al hecho que, junto a otros ocurridos en la misma fecha, conmocionó a la ciudad. Se trata de un veredicto extenso que fue leído parcialmente este jueves al mediodía.

El crimen ocurrió después del mediodía del 23 de marzo de 2016, en circunstancias que no pudieron ser determinadas con precisión, debido a que el cadáver de Micaela fue hallado varias semanas después de su desaparición y la descomposición natural del cuerpo, sumada a la presencia de perros callejeros que literalmente se comieron medio cuerpo, dificultó notablemente la posibilidad de establecer con exactitud lo ocurrido.

La investigación se centró inicialmente en Patricio Vargas y sus allegados, pero pese a todas las medidas desplegadas no hallaron ningún elemento para vincularlo directamente al crimen. Cuando el fiscal Eduardo Fernández fue nombrado fiscal jefe, el caso recayó en Betiana Cendón, que dirigió la investigación hacia Paine y logró reunir un cúmulo de carga indiciaria para llevar a la mujer a juicio.

Para los jueces fue suficiente con cada uno de los indicios aportados, advirtiendo que analizados con el método de visión conjunta, apuntan hacia la autora del hecho. “No se avisora en la hipótesis defensiva elemento alguno que permita sostener duda razonable”, dijeron los jueces. “No hay ninguna duda”, concluyendo que “ha quedado acreditada con certeza la participación de Paine”.

Entre otras consideraciones los jueces señalaron que durante el desarrollo del juicio “se produjo prueba suficiente para sostener que Angélica Paine y Micaela Bravo fueron vistas por diferentes personas en la zona donde ocurrió el hecho y alrededor de la franja horaria comprendida entre las 13:30 y las 14:30, hora en la que se produjo el crimen”.

Concluyeron que “la muerte se produjo inmediatamente después de la desaparición” y que el lugar del crimen fue en la misma zona donde reside Angélica Paine y se ubica el jardín Mundo Nuevo, lindero a su domicilio.

Además, subrayaron que Paine tenía “la motivación para perpetrar el hecho”, a partir del “enojo y desaprobación respecto de la relación que su hijo Juan Carlos Colipi había iniciado con Micaela”.

También destacaron que la causa de muerte obedeció a una “causa compatible con agresión de arma blanca” y mencionaron especialmente la compatibilidad de las manchas halladas en la indumentaria de la víctima, con aquellas halladas en diferentes objetos que se secuestraron en el domicilio de la acusada.

Concluyeron que “todos los indicios apuntan hacia Paine y no se avisora elemento alguno que permita introducir duda razonable”, sobre su participación en el crimen.