Este jueves los jueces Marcos Burgos, Víctor Gangarrossa y Sergio Pichetto, darán a conocer la sentencia de responsabilidad contra Angélica Paine, a quien la fiscala Betiana Cendón y el querellante Luis Terán Frías, atribuyeron el homicidio de Micaela Bravo. En caso de que la declaren culpable, se abrirá una nueva instancia para definir que condena le corresponde cumplir.

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"El amor por parte de Micaela Bravo la llevó a una emboscada fatal", dijo la fiscala al cerrar su alegato ante los jueces en el marco de un juicio histórico que demandó más de 30 días de extensión, con numerosos testigos.

De acuerdo a la información que trascendió, el voto rector del fallo le correspondió al juez Gangarrossa, por lo que fue el primer magistrado en manifestar su opinión respecto al veredicto que se conocerá este jueves. Y según los mismos trascendidos, el tribunal trabajaba a destajo para no dejar cabos sueltos y fundamentar acabadamente la sentencia, que tendrá una extensión ciertamente inusitada: aseguran las fuentes que tendrá más de cien páginas.

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Y el hecho de fundamentar acabadamente la sentencia tiene una raíz clave: la fiscalía y la querella no presentaron ninguna prueba directa y objetiva que acredite con certeza que Angélica Paine fue la autora del crimen que fijaron en la tarde del 23 de marzo de 2016. La acusación se basó en indicios que a su criterio guardaban correlación y concatenación. Para los acusadores, se acreditaron los indicios de oportunidad física, de presencia, de características personales, de móvil.

Pero para el defensor oficial Marcos Ciciarello "Hay que hacer malabares en zancos para sostener la teoría de la acusación". Entre sus conclusiones aseguró que la acusación no logró alcanzar la certeza que se requiere para dictar una condena y puso especial énfasis en la presencia de un perfil genético masculino debajo de la uña del pulgar de la mano derecha de la víctima y a la huella de su calzado plantada en el hotel Mascardi, además de restos de ADN de personas que no fueron identificadas en los cordones de sus zapatillas.

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El defensor fue categórico al señalar que la fiscalía presentó “suposiciones, conjeturas, rumores” pero no logró acreditar “dónde ocurrió el hecho, ni siquiera sabemos de qué murió Micaela”.

Lo concreto y real es que Micaela Bravo había transitado una vida durísima y había logrado la estabilidad y contención familiar que nunca había tenido al formar su propia familia con Patricio Vargas y tener tres hijos. Pero su vida dio un giro rotundo cuando se separó y comenzó una relación con Juan Carlos Colipi, un joven varios años menor al que había conocido en la iglesia a la que asistían.

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Decidida a vivir y empoderada, Micaela se paró de otra forma ante la vida. Cambió su aspecto al incorporar maquillajes y colores en su vestimenta, en su entorno la encontraban radiante. Enfrentó las consecuencias de su decisión y emprendió una nueva aventura y se la veía feliz.

Pero en el entorno de Micaela y fundamentalmente en la iglesia, su decisión había generado un altísimo revuelo. El pastor de la congregación -y padre de Patricio Vargas- dio sermones durísimos en las ceremonias, humillaron a Micaela obligándola a pararse frente a todos los fieles y pedirle perdón a sus hijos por haberse enamorado de otro hombre. Patricio Vargas, Angélica Paine -la madre del joven novio- y hasta la familia de Micaela estaban disgustados. A todos les generaba pruritos la nueva relación. No obstante, a ella se la veía felíz. Quizás por eso fue asesinada.

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Según la fiscalía, ese fue el motivo fundamental para que Paine la asesinara, aunque claro, a todas luces aparece que había otros miembros de la comunidad enormemente disgustados con el comportamiento de la muchacha.

Como sea, el 23 de marzo de 2016, en las primeras horas de la tarde, Micaela fue vista con vida por última vez en el jardín Mundo Nuevo del barrio 2 de Abril. Su cuerpo desmembrado y en avanzado estado de descomposición, fue encontrado en un descampado semanas después.

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Lo que siguió fue una investigación que giró en círculos, en torno a Patricio Vargas y sus allegados. Pero no pudieron encontrar elementos para incriminarlo. Más tarde, cambio de fiscal mediante, la investigación se centró en Paine y la fiscalía considera que probó su participación en el crimen. Si los jueces declaran responsable a Paine este jueves, o por el contrario la absuelven, la verdad sobre lo ocurrido podría aparecer un poco más cerca o un poco más lejos, según el prisma a través del cual se mire.