El régimen talibán de Afganistán se caracteriza por sus medidas estrictas y retrogradas. A pesar de la promesa de no repetir las imposiciones del régimen de 1996 al 2001 poco a poco la situación se retrotrae a aquella época. Bajo la excusa de cuestiones religiosas y morales se cercenan derechos de las mujeres tanto en el trabajo como en el estudio. De a poco prohibieron ir a la escuela a las niñas mayores de 12 años, el uso de Hiyab obligatorio, todo en un marco de opresión que las afecta anímica y emocionalmente. En el último mes el Ministerio de la Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio obliga a las presentadoras de televisión a taparse completamente el rostro. A quienes no cumplan les esperan sanciones y hasta la pérdida del empleo, siempre con aviso al tutor masculino que cada mujer afgana tiene. En caso de continuar la indisciplina el tutor podrá ser arrestado, sancionado o castigado.

Las periodistas de la cadena Tolo News, la primera señal en trasmitir 24 horas de noticias, intentaron alguna resistencia a la medida. Sonia Niazi no uso del hiyab durante cinco días, hasta que la amenazaron con despedirla. Ella aclara que en su vida cotidiana no tiene problema en cubrir su rostro, pero le molesta que esta sea una imposición. "El islam es una religión de bondad y nunca impone algo a hombres o mujeres”. Muchos son los que sostienen que este tipo de medidas no pertenece al islam ni religiosa, ni culturalmente. Ella tiene 22 años y lleva tres trabajando en el canal, estudió Lengua y Literatura en la Universidad de Kabul y quiso dedicarse al periodismo “por el amor a los derechos y a la libertad de expresión”. Otras colegas que intentaron resistir la medida fueron Basira Joya, Khatereh Ahmadi, Shabnam Khan Dawran y Tahmina Usmani.

Saben que las autoridades no dudarán en prohibirles trabajar si no cumplen con las reglas. Ellas prefirieron obedecer y estar presentes en la pantalla. Saben que de esta manera les muestran a otras mujeres, sobre todo a las niñas, que se puede estudiar y trabajar, no sin sufrir por las condiciones impuestas por la sumisión. Logran no hacerse invisibles.