La Olla Ambulante cumplió tres años y el aniversario fue recordado con una comida compartida con las personas a las que asisten los sábados en el Vertedero Municipal.

No se puede mencionar como un festejo porque la verdadera celebración, será el día que ya no haga falta ir a brindarle una comida caliente a la gente que busca en el Vertedero elementos que puedan serle de utilidad.

Sandra Galván es la fundadora de la Olla, por la que han pasado muchas voluntarias en todo este tiempo. En diálogo con El Cordillerano comentó cómo fueron esos inicios, “después de una etapa difícil que tuve a nivel personal, se me ocurrió hacer algo por mí para sentirme mejor, siempre me gustó ayudar entonces hice una olla de comida para repartir en algún barrio”.

Luego de tomar la iniciativa lo publicó en su perfil de Facebook, “me prestaron una grande porque yo no tenía, gente que quiso darme una mano”. Esa primera vez fueron al barrio Nuestras Malvinas, “publicamos que estábamos ahí y empezó a llegar gente de todos lados, recuerdo que muchos me pedían que los esperara”. Esa jornada Sandra terminó muy mal anímicamente, porque el alimento no alcanzó para todos.

Poco tiempo después la Olla Ambulante comenzó a circular diariamente por ocho barrios. “Era una locura, todo con donaciones y en la pandemia paramos para solamente entregar insumos a las familias”.

Sandra un día fue al Vertedero, “muchos hablaban de la gente que iba a buscar comida a ese lugar, cuando llegué a conocerlo fue muy duro y no lo podía creer”. Ella no pensaba que una persona podía ir a revolver la basura en busca de alimento. 

Llegó el momento de analizar prioridades: “Por eso fui cortando en los barrios para ir todos los días ahí, se fue complicando el tema donaciones por eso desde hace un tiempo, vamos solo los sábados al mediodía”.

El sábado

Sandra y Alicia, una de sus compañeras, pensaron que la mejor forma de recordar el cumpleaños era compartiendo algo rico con la que gente del Vertedero. “El primer año fue solo una reunión entre compañeras, el segundo con una nota de agradecimiento y ahora, con unos exquisitos choripanes con bebidas y para cerrar, una torta”.

Agregó, “ya sabían que íbamos así que nos estaban esperando recontentos, incluso nos ayudaron a hacer el fuego para cocinar los chorizos”. El frío de la jornada no importó mucho al momento de compartir el momento.

Consultada acerca de cuántas son las personas que asisten en el Vertedero los sábados dijo “los días con  bajas temperaturas son 20 o 25 pero cuando hace calor hemos llegado a 50”.

Colaborar

La gente que sienta ganas de colaborar con la Olla Ambulante puede hacerlo ya sea con insumos para elaborar las comidas semanales o con ropa de abrigo y calzado.

Pueden hacerlo comunicándose al teléfono de Sandra o a los siguientes comercios, LST de Onelli 551 o en Onelli y Anasagasti y en la entrada de Changomas.