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| 13/06/2022

Incógnitas y certezas a una semana del deslave

Incógnitas y certezas a una semana del deslave

A una semana del deslave en Villa Huinid, en momentos donde ha trascendido que varios huéspedes del complejo piensan accionar legalmente -sin definir aún contra quién o quiénes–, la certeza principal la conforman los muertos: tres personas uruguayas fallecieron.

La semana pasada, tras el hecho trágico, se supo del juego macabro impuesto por el destino. Gerardo Casella, exgerente del Banco Hipotecario de Florida, Uruguay, había ganado, en su país, el Gordo de Fin de Año de 2020, aproximadamente cuatro millones y medio de dólares. Más allá de inversiones inmobiliarias, el hombre pensaba en un viaje como forma de festejo. La pandemia ponía freno a la idea, que recién se concretó este año: él y su esposa, Alba González Giovanelli, junto al cuñado, Víctor González Giovanelli, y su mujer, Ana María Marturet, se alojaron el lunes 6 de junio en las habitaciones 105 y 107 del hotel Bustillo del complejo Huinid.

Antes estuvieron en San Martín de los Andes. Incluso postearon imágenes en sus redes sociales, donde se los observa -el tiempo verbal en presente responde a la “eternidad virtual” que ofrece Internet- disfrutar del viaje más allá del frío reinante.

En Bariloche, se registraron en el hotel a las 14.30; a las 18.25 ocurrió lo impensado. “Se desencadenó un corrimiento en masa, mal llamado alud, por una filtración de agua por debajo de unos gaviones que estaban sosteniendo una estructura de tierra que generó un deslave”, explicó al día siguiente la subsecretaria de Protección Civil municipal, Patricia Díaz, quien detalló que ese material, donde confluían barro, arbustos y demás, ingresó por las ventanas y afectó a tres habitaciones y el pasillo del hotel Bustillo.

Foto: Facundo Pardo

Los cuartos más perjudicados fueron los de las parejas uruguayas.

Y, si algo le faltaba a esta historia lúgubre, aunque uno de los fallecidos fue encontrado rápidamente, los otros dos cuerpos debieron aguardar hasta las primeras horas del miércoles 8 para ser hallados.

El mismo día del deslave, localizaron sin vida a Víctor González.

Su esposa, Ana María Marturet, fue trasladada al sanatorio San Carlos.

Había estado atrapada alrededor de dos horas, según informaron desde Bomberos Melipal.

El miércoles, la embajada de Uruguay en la Argentina confirmó que la turista, única sobreviviente del grupo familiar que emprendió el viaje, había sido dada de alta.

Mientras Ana María estuvo internada, en el complejo Huinid se trabajó arduamente para saber si las personas que, hasta ese momento, estaban desaparecidas se encontraban realmente allí.

Porque, para ese entonces, se habían elucubrado distintas hipótesis que, más allá de una probabilidad mínima de que fueran reales, se basaban en el deseo de que un milagro rondara por Bariloche. Pero no pudo ser. La semana pasada, ninguna divinidad apareció por la ciudad.

Así, más allá de que se escuchaba hablar de la posibilidad de que los turistas se hubiesen trasladado a El Bolsón o algún otro sitio donde no tuvieran buena señal en el celular, lo cierto era que, con el transcurrir de las horas, las esperanzas caían como un castillo de naipes.

De esa manera, el martes por la tarde, desde el otro lado del cerco de seguridad que se había colocado para resguardar la escena, en el hotel Bustillo se observaba como Patricia Díaz iba y venía, tratando de coordinar adecuadamente la búsqueda.

En un momento, se acercó al improvisado vallado y le explicó al cronista del diario El Cordillerano: “Necesitamos hacer la búsqueda adentro del establecimiento. Hasta ahora se estaba tratando de descomprimir la fuerza que trabaja sobre el hotel, pero nos dimos cuenta de que ese intento de descomprensión genera más movimientos de tierra”.

“Es decir, nos percatamos de que la máquina está generando más problemas que soluciones; por eso se paró. Si siguiéramos con aquella técnica, poder lograr lo que queremos nos llevaría cinco días. Eso, en estas circunstancias, es una eternidad”, apreció la subsecretaria de Protección Civil.

Cabe remarcar que el barro, los troncos, piedras y arbustos cayeron en la parte posterior del hotel Bustillo, y lo que señaló Díaz, justamente, era que se había intentado ingresar por ese lado, pero, dado el resultado, optaron por cambiar de estrategia y trabajar desde el interior del edificio, ya no con maquinaria pesada, sino a mano, con baldes y carretillas.

Bomberos, personal de USAR (Urban Search and Rescue, Búsqueda y Rescate Urbano) Patagonia y miembros del Ejército colaboraron para, alrededor de las tres de la mañana, poder dar con los cuerpos.

De esa forma, tras la decisión de cambiar el modo de trabajo, fueron nueve horas de labor artesanal, donde se removieron cerca de cincuenta toneladas de tierra, escombros e incluso pedazos importantes de árboles.

Vale señalar que, minutos después de que Díaz detalló al periodista de El Cordillerano la variación en el modo de trabajar, arribó al complejo la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras.

Tras ingresar por Pioneros, donde se ubica el otro hotel de Villa Huinid, se reunió con la titular comunal de Protección Civil y dialogó brevemente con los periodistas, para luego bajar por la pendiente hacia la zona donde había ocurrido el deslave, justo cuando se comenzaba a operar “artesanalmente” en el rescate de los cuerpos.

La gobernadora estuvo acompañada por la ministra de Turismo y Deporte, Martha Vélez, el secretario de Gestión y Desarrollo de esa cartera, Daniel González, el jefe y la vicejefa de Gabinete de Bariloche, Marcos Barberis y Marcela Abdala, y el concejal Carlos Sánchez.

Que Carreras acudiera personalmente para interiorizarse de la situación dejó en claro la magnitud del hecho.

Muertos de origen extranjero en la ciudad emblema del turismo provincial –y nacional– en un hotel de renombre, más allá de lo lamentable de la tragedia, conforman una situación preocupante.

Cabe resaltar que, entre las posibilidades que se manejan como causante de lo que sucedió, más allá de la gran cantidad de lluvia que cayó los días previos, se incluye que haya existido algún inconveniente en la obra en construcción del complejo.

Justamente, el barro que arrasó con todo a su paso comenzó a desmoronarse desde la ladera junto a donde se pensaba hacer una nueva edificación.

En su encuentro con la prensa, Carreras, además de informar que se encontraba en contacto con Cancillería y con el embajador de Uruguay, habló de la necesidad de “tener muchísima cautela”.  

“Hay que dejar que la fiscalía investigue, que la Justicia haga su trabajo con los peritajes correspondientes para poder ser estrictos y exactos en la información que manejamos”, sostuvo.

En tal sentido, se refirió a la necesidad de “que la Justicia lleve la investigación libremente hasta las últimas consecuencias, como corresponde”.

Se debe señalar que Villa Huinid pertenece a la familia Roccatagliata, vinculada estrechamente con el sector turístico.

Claudio Roccatagliata, por ejemplo, es el presidente de la Asociación Empresaria Hotelera y Gastronómica de Bariloche.

El 15 de enero de 2020, la firma realizó una apuesta importante al inaugurar en Buenos Aires el Huinid Obelisco, de cuatro estrellas, con ochenta y cuatro habitaciones, en Sarmiento 1431, a una cuadra y media de la calle Corrientes y a cinco del monumento emblema de aquella ciudad.

En el sur, lejos del emprendimiento comercial porteño, los últimos tiempos, para Huinid, estuvieron marcados por constantes reclamos de la seccional Bariloche de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA) por precarización laboral.

Más allá de esos inconvenientes con el sector sindical, el complejo siempre tuvo un fuerte vínculo con emprendimientos turísticos.

Por ejemplo, en enero de 2021, en los jardines de Villa Huinid se hizo el lanzamiento de la edición veraniega de Bariloche a la Carta (BALC), con la presencia de la gobernadora, el intendente Gustavo Gennuso y Claudio Roccatagliata, entre otros.

Justamente, por la tarde del día siguiente al deslave, se pudo ver al director de BALC y la Fiesta Nacional del Chocolate, Lucio Bellora, en el hotel Bustillo, colaborando en el trato con los turistas que debieron trasladarse al otro establecimiento del complejo, el denominado Pioneros.

A todo esto, con Gennuso de licencia (estaba en Alemania, en un viaje personal), fue el jefe de Gabinete, Barberis, quien salió a brindar algo de información en lo relativo a la obra en Villa Huinid en cuanto a los permisos municipales. En tal sentido, indicó que en 2013 se había aprobado un proyecto de construcción de un Salón de Usos Múltiples (SUM) de novecientos treinta y cinco metros, que finalmente se comenzó a levantar durante la pandemia. Según sostuvo el funcionario comunal, ante una inspección en 2021, se comprobó que las dimensiones sobre las que se trabajaba eran muy superiores a las acordadas: del SUM se había pasado a un complejo habitacional de tres mil metros.

Así, la obra quedó suspendida por irregularidades.

Igualmente, Barberis dio a entender que era posible que se hubiera seguido construyendo a pesar de la orden de no hacerlo, ya que se notaba un estado de avance en la labor.

Todo parecería encaminado a señalar que el deslave no fue por una lluvia fuerte y nada más.

Foto: Facundo Pardo

Además, cuando las urnas con las cenizas de los turistas fallecidos ya se encuentran en Uruguay, en medios nacionales se indicó que al menos diez personas que estaban alojadas en el hotel cuando sucedió la tragedia iniciarán acciones legales.

Según trascendió, no se sabe si actuarán individualmente o en conjunto, ni está definido contra quién, pero aquellos que estuvieron en Villa Huinid siguen con atención las noticias que llegan desde Bariloche, para ver hacia dónde encaminarse en la Justicia.

Como se ve, esta historia está lejos de terminar.   

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