20/05/2022

El Gotitas de Esfuerzo sigue caminando despacio pero con pasos muy firmes

El Gotitas de Esfuerzo sigue caminando despacio pero con pasos muy firmes
Fotos: Facundo Pardo
Fotos: Facundo Pardo

El Gotitas de Esfuerzo realizó una gran feria donde los vecinos y vecinas se acercaron a comprar ropa, plantas y alimentos a muy bajo costo. Además, se pudo degustar un exquisito guiso de lentejas con pan casero recién salido del horno.

Iris Miñoz, quien hace más de 22 años lleva adelante el proyecto del comedor Gotitas de Esfuerzo se mostró muy conforme con lo que vienen realizando junto a las 70 familias que concurren.

“Nosotros desde hace un tiempo venimos muy silenciosos sobre todo en los medios de comunicación, fue una decisión personal de parar el hacia afuera para concentrarnos más en cada uno de nosotros”, explicó.

Las jornadas de trabajo y encuentro comienzan con una clase de meditación “muchas hemos pasado por situaciones difíciles, de ahí surgió esa necesidad de canalizar la poca energía que teníamos”.

Pese a ese silencio, el Gotitas sigue adelante y cada día con mayor fuerza “era necesario hacer un trabajo desde muy adentro a nivel personal y grupal y ver qué otras cosas positivas podíamos hacer”.

Así surgió la iniciativa de hacer compras comunitarias “recorremos toda la ciudad buscando los mejores precios hasta encontrar un proveedor que nos deja la mercadería al precio que la recibe él”.

En el 2001 habían hecho esta clase de compras “por la situación económica actual sentimos que teníamos que volver a hacerlo”.

Agregó: “Nosotras generalmente hacemos en los talleres todos los condimentos y las frutas secas que vendemos mucho a gente que va a la montaña”.

Conscientes de la realidad de cada vivienda buscan las opciones en las recetas, para quienes tienen gas natural, cocinas a leña o simplemente salamandras. “La idea es para que todos lo puedan hacer ya sea para vender, como para consumir los meses siguientes”.

La idea es que las familias unidas vayan buscando opciones para estirar un poco el dinero que ingresa a sus hogares. “Nos juntamos y hacemos pan o elaboramos otras cosas, cada una se lleva una bolsa para compartir con sus hijos” comentó Iris. En el Gotitas además pueden solicitar el espacio y la cocina para lo que necesiten hacer.

 

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A diferencia de otros espacios, en el Gotitas enseñan a pescar, “hace más de 20 años yo me levantaba muy temprano, hacía la comida y las madres venían a buscar el almuerzo, muchas se veía que recién se levantaban, entonces dije no”.

Ahora todas saben el manejo de este espacio, cocinar, registrar ingresos y egresos en las planillas del albergue, cómo se hace la limpieza general y del sector de cocina. “Cada 15 días tenemos reunión y ahí se comparten las buenas noticias pero también, se hablan las diferencias”. “Se cortan los problemas en el momento y se buscan soluciones”, aseguró.

Hace mucho tiempo que no hacían ferias “una amiga nos trajo un montón de ropa linda para que la destinemos a la venta a muy bajo costo”. 

Al Gotitas se está acercando a colaborar mucha gente joven, “hay que darles un lugar porque ellos ya nacieron con un chip diferente, aportan ideas muy lindas y es importante escucharlos”.

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