¿CUÁNTOS Y CUÁNTAS SEREMOS EN BARILOCHE?

| 18/05/2022

De 94.640 habitantes en 1991, se pasó a 133.500 en 2010

De 94.640 habitantes en 1991, se pasó a 133.500 en 2010
Inauguración de la Escuela 16 en 1930. El censo de 1920 había dado 42.652 habitantes para todo Río Negro. Hasta 1947 no se practicó otro. (Colección Beveraggi en Archivo Visual Patagónico).
Inauguración de la Escuela 16 en 1930. El censo de 1920 había dado 42.652 habitantes para todo Río Negro. Hasta 1947 no se practicó otro. (Colección Beveraggi en Archivo Visual Patagónico).

La primera vez que se censó población en Río Negro fue en 1895 y la cuenta dio 9.241 personas para toda la jurisdicción. La última que se practicó, arrojó 638.645 rionegrinas y rionegrinas. En 2022, ¿seremos 160 mil las y los barilochenses? ¿O todavía más?

El primer censo que se practicó sobre Río Negro arrojó una población de 9.241 habitantes y data de 1895. En tanto, el que se concretó en 2010 contabilizó 638.645 rionegrinas y rionegrinas. En esa misma oportunidad, para la totalidad del Departamento Bariloche, el censo nacional dio 133.500 habitantes. Hay que aclarar que, además de a esta ciudad, la división administrativa incluye a El Bolsón, El Foyel y otros poblados menores.

Los datos están publicados en forma de cuadro en el flamante “Río Negro. Los caminos de la historia” (Pido la Palabra Editorial 2021), trabajo de autoría conjunta que lleva las firmas de Susana Bandieri, Laura Méndez, Giulietta Piantoni, Liliana Pierucci y María Morales. En particular, los números que traemos a colación forman parte del capítulo “Una provincia con realidades socioeconómicas diversas”, que elaboró la primera.

Para 1895, el total de la población patagónica se reducía a 29.011 personas, cuando en el conjunto de la Argentina, ya había más de cuatro millones de habitantes. La proporción indicaba que la participación patagónica en el total nacional se limitaba al 0,72 por ciento. En tanto, en 2010 el total patagónico apenas si superó los dos millones (2.100.488 habitantes), cuando se contabilizaron poco más de 40 millones de argentinos y argentinas. Significó el 5,23 por ciento.

En relación con 1895, cuando Río Negro era todavía un novedoso Territorio Nacional, en 2010 la población era 69 veces mayor. Para el conjunto patagónico, el así llamado “factor de crecimiento” se reducía a 10. La provincia patagónica que más había crecido en esos 115 años, fue Tierra del Fuego, con un “factor de crecimiento” de 267. Le seguía Santa Cruz, con 259.

La densidad poblacional de Río Negro en 1895 era de 0,05. El concepto remite a la cantidad de personas por kilómetro cuadrado. Para 2010, había pasado a 3,15. Once años atrás, la densidad poblacional de la Patagonia dio 2,67 habitantes por kilómetro cuadrado, versus 14,43 para toda la Argentina.

Desde una perspectiva provincial, el Departamento Bariloche es el segundo más poblado según el conteo de 2010, después del Departamento General Roca, que albergó a 320.291 habitantes. El tercero se ubicó bastante lejos: Adolfo Alsina (Viedma, El Cóndor, San Javier, Guardia Mitre y otras localidades), con 57.678 vecinos y vecinas. El menos poblado fue Ñorquinco, con apenas 1.736 pobladores.

Según el censo de 1991, Bariloche -siempre como Departamento- reunía una población de 94.640 habitantes. La cifra pasó a 109.826 en 2001 y como ya se dijo, a 133.500 en 2010. Si se repitiera el porcentaje de crecimiento que se dio entre 2001 y 2010 -en realidad, debería aumentar- el censo 2022 podría arrojar algo más de 160 mil habitantes, aunque la estimación (que corre por cuenta del cronista) parezca un tanto conservadora.

Bariloche es una de las zonas provinciales más dinámicas poblacionalmente, porque “el incremento de las actividades turísticas es claro motivo de atracción poblacional, incluyendo un número importante de trabajadores temporarios que se movilizan incluso dentro de la provincia”, según la descripción de Bandieri.

Además, “cabe mencionar también el impacto de la ampliación del modelo productivo de su ciudad cabecera, San Carlos de Bariloche, que complementa el turismo con los polos científicos y tecnológicos anclados en CNEA -Comisión Nacional de Energía Atómica-, INVAP -Investigación Aplicada-, y otras empresas de servicios asociados”, resaltó la historiadora neuquina. “Mucho de su personal técnico y administrativo, proveniente de distintos puntos del país, se radicó en Bariloche”.

El esquema que potencia el crecimiento también se integra con “la instalación de centros universitarios dependientes de la Universidad Nacional del Comahue y de la Universidad Nacional de Río Negro”, que “implicó también la radicación de numerosa población, tanto en materia de personal calificado como de estudiantes”. A esos factores había que sumarles las consecuencias de la pandemia, que motivó el alejamiento de los mayores centros urbanos del país de considerable población, todavía no cuantificada.

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