15/05/2022

En la Fábrica de Futuro se vivió una feria cultural y comunitaria

En la Fábrica de Futuro se vivió una feria cultural y comunitaria
Fotos: Facundo Pardo
Fotos: Facundo Pardo

Así como la Fábrica de Futuro sigue creciendo a pasos agigantados, también las tradicionales ferias que realizan en sus instalaciones del barrio Nuestras Malvinas.

Cada vez es mayor la cantidad de personas que asisten a la propuesta, ya sea para comer algo casero, presenciar algunos de los números sobre el escenario o simplemente, compartir en comunidad.

Han sumado a la gran variedad de stands de productos a la venta, números musicales en vivo con el DAR (Del Alto Rock) donde se pudo disfrutar del arte de las bandas No Esenciales, Viernes Papa, Glicerina y Coyote. Dentro de los solistas estaban anunciados Keila, Chela Painefil, Guille Pertirlara y Antonella Icardi.

El mayor movimiento y color llegó de la mano de Herederos de Kazó y La Penúltima y nos Vamos, visitantes de otros barrios que acompañan la iniciativa del San José Obrero.

Matías Fernández Herrero habló del presente vertiginoso que están viviendo. Son varios los proyectos que están llevando adelante desde la Fábrica de Futuro, uno de ellos es el de Comunicación, por medio del cual han lanzado ya el segundo número de la revista Palabras de Barrio. Prontos a sumar una radio propia dijo “de la mano del profe Joaquín Collazo ya estamos muy cerca de tener una FM y ojalá pronto esté trasmitiendo en el aire de Bariloche”.

Ese proyecto de Comunicación ya cuenta con cinco subtalleres “también tenemos un espacio de cine en el que estamos empezando a producir algo de ficción, uno de periodismo que lo imparte Daniel Lorenzo, y el de gráfica con Gerónimo Vázquez con la revista”. La radio será entonces un nuevo punto de comunicación de los pibes y pibas de los barrios.

Ya se anunció que han recibido en cesión un lote “es en el barrio Vivero y estamos muy entusiasmados con eso porque la verdad es que el espacio que ocupamos actualmente ya nos queda chico”.

Cada día son más los integrantes de la gran familia del San José Obrero “hoy ya estamos cerca de las 400 personas y todos los días se siguen sumando”.

Es por esto que la cesión de un nuevo predio les permitirá continuar creciendo al ritmo que lo vienen haciendo. “Nosotros hablamos siempre de la figura de los estudiantes trabajadores, es algo que empezamos a proponer como alternativa educativa”.

Matías es profesor de escuela secundaria: “Se vive una crisis educacional sobre todo con jóvenes y adultos y esta figura abarca a personas que vienen a capacitarse, que quizás quedaron afuera del sistema formal laboral o educativo y acá encuentran un espacio donde generar un manguito”.

Un lugar que puede ser el punto de partido para un microemprendimiento, una cooperativa “donde organizarse, aprender a vender, a producir y capacitarse en el oficio que decidan”.

 Cuentan con dos espacios grandes “por la mañana la Fábrica de Futuro donde asisten desde los 16 años en adelante y a la tarde El Taller de los Sueños donde tienen desde 14 o 15 para abajo”.

 Hoy en día son la escuela de gestión social y laboral N°27, “un espacio de trabajo y de educación, por ahora sería el equivalente a una escuela de oficios pero en realidad queremos plantear un nuevo modelo educativo”.

 

Madrinas y Padrinos

Para que todo esto funcione es necesario generar ingresos de manera constante y en ello radica el programa Madrinas y Padrinos. Con respecto a la manera en que se solventan, Matías Fernández Herrero dijo “con la ayuda del CONICET y de otras instituciones se armó este proyecto”.

Básicamente, es para lograr una mayor integración con la comunidad barilochense, “hablamos siempre de crear puentes, reconstruir el tejido social, acercar las dos ciudades que conviven a nivel local”.

“Siempre hablamos que para querer hay que conocer, compartir y recién ahí se puede comenzar a tejer esos vínculos y que haya una sociedad más unida”, detalló.

El programa es "una propuesta para que aquellas personas que quizás tienen algún emprendimiento, empresa o capacidad económica distinta a la que se vive en los barrios populares pueda acercarse a la fundación”.

Pueden hacerlo de distintas maneras, no necesariamente poniendo dinero, “hay un sistema de becas que queremos impulsar con los pibes y pibas, con estos estudiantes trabajadores, pero también podría ser con el aporte de cosas”.

Uno de los puntos de gran relevancia a la que apunta esta búsqueda de madrinas y padrinos es al aporte de tiempo. “Venir a compartir sus conocimientos y experiencias, la meta es la integración social a través del trabajo pero con una lógica colectiva”.

Cada taller es en realidad un pequeño espacio de producción “la lógica es que el grupo de 15 o 20 chicos se organiza basado en la producción de algo, la fundación intenta gestionarle los recursos materiales, herramientas y espacio para desarrollarlo”. A partir de ahí se comienza a sumar capacitaciones y lugares de formación sobre esa producción.

La idea es que al final de cada mes haya una cantidad de productos o servicios para poder comercializar y de esta manera generar los ingresos indispensables para vivir.

En esa línea está enmarcada la feria que realizan de manera mensual donde cada uno de esos grupos ofrece a la comunidad los productos. 

Todos los talleres tienen su particularidad, en el de reparación de electrodomésticos por ejemplo, reciclan esas cosas que ya no funcionan, una vez arregladas, las venden a muy bajo precio.

Como no es suficiente aun lo que están generando, con el programa de Madrinas y Padrinos buscan completar un sueldo mensual digno. “Que al igual que el sistema de becas, los pibes y las pibas puedan estar más cómodos trabajando con ese piso económico, pensando en la rentabilidad del negocio”.

Matías Fernández Herrero dijo “queremos que cada equipo de producción se vuelva competitivo y que logre comercializar sus productos”. También están utilizando una plataforma virtual para que puedan ofrecer lo que fabrican o elaboran, además de la revista y la radio.

Lograr una unidad productiva funcional que les permita salir de la informalidad y de la búsqueda diaria del pesito. “Por eso hablamos en la Fábrica de construir futuro, que haya una proyección y se puedan imaginar estar mucho mejor en un par de meses”.

Ya están logrando con este enorme proyecto que comience a ser el eje de trabajo, encuentro, educación, familia y progreso en comunidad, basado en el esfuerzo y el compromiso personal.

 

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