Jonathan Lillo se había declarado culpable semanas atrás por un homicidio ocurrido en el año 2015 y le impusieron una pena de diez años y ocho meses de prisión. También enfrentó otro juicio por delitos de índole sexual y recibió otra condena alta. Ambas condenas deben ser unificadas, pero aguardará ese proceso con prisión domiciliaria.

Lillo se había declarado culpable en un juicio abreviado, por un hecho ocurrido el 6 de junio de 2015, a las 4.30 horas, en la vía pública, sobre calle San Salvador, entre Costa Rica y San Pablo, del barrio San Francisco IV, frente al establecimiento educativo ESRN 138. En ese momento y lugar el acusado intentó apoderarse en forma ilegítima de un vehículo utilitario propiedad de la víctima que se encontraba estacionado y que cuando sucede el hecho era conducido por su propietario. Se produjo un forcejeo, ya que la víctima se resistió a entregar su auto. Ante ello, el hoy condenado, extrajo un arma de fuego y le efectuó un disparo que ingresó al cuerpo de Matías Aguirre en la zona del pulmón izquierdo. En su trayecto, el proyectil produjo una pérdida importante de sangre que derivó en un shock hipovolémico que le causó la muerte.

La víctima intentó huir del lugar conduciendo la camioneta hasta que se detuvo a unos 50 metros. En ese instante, perdió la vida producto de las lesiones que sufrió a raíz del disparo recibido.

Pero Lillo tenía otras cuentas pendientes con la justicia y en los últimos días recibió otra pena en el marco de un proceso que siguió el fiscal Martín Govetto, por delitos de índole sexual.

Así, las dos condenas que sumó deberán ser unificadas para que cumpla una pena única en prisión, por lo que hasta que eso ocurra ninguna de las dos sentencias estará firme.

De ese modo la fiscal Betiana Cendón se presentó en audiencia ante el juez Gregor Joos para pedir que imponga una medida cautelar de prisión preventiva de carácter domiciliario al sujeto, hasta tanto se proceda a la unificación y comience el cumplimiento efectivo de la pena.

Vale mencionar que el acusado es portador de una enfermedad incurable, por lo que sus condiciones de salud ameritan muy especiales condiciones de detención.